1Libro de la genealogía de Jesucristo, el Hijo de David, el Hijo de Abraham.2Abraham fue el padre de Isaac, e Isaac el padre de Jacob, y Jacob el padre de Judá y sus hermanos,3Judá el padre de Fares y Zara a través de Tamar, Fares el padre de Esrom, Esrom el padre de Aram,4Aram fue el padre de Aminadab, Aminadab el padre de Naasón, Naasón el padre de Salmón.5Salmón fue el padre de Booz a través de Rahab, Booz el padre de Obed por medio de Rut, Obed el padre de Isaí,6Isaí fue el padre de David el rey. David fue el padre de Salomón por medio de la esposa de Urías.7Salomón fue el padre de Roboam, Roboam el padre de Abías, Abías el padre de Asa,8Asa el padre de Josafat, Josafat fue el padre de Jorám y Jorám el padre de Uzías.9Uzías el padre de Jotam, Jotam el padre de Acaz, Acaz el padre de Ezequías.10Ezequías fue el padre de Manasés, Manasés el padre de Amón, Amón el padre de Josías.11Josías el padre de Jeconías y sus hermanos al tiempo de la deportación a Babilonia.12Y después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue el padre de Salatiel, Salatiel el ancestro de Zorobabel.13Zorobabel el padre de Abiud, Abiud el padre de Eliaquim, Eliaquim el padre de Azor.14Azor fue el padre de Sadoc, Sadoc fue el padre de Aquim, Aquim el padre de Eliud.15Eliud el padre de Eleazar, Eleazar el padre de Matán, Matán el padre de Jacob.16Jacob el padre de José el esposo de María, por medio de quién Jesús nació, a quién es llamado Cristo.17Las generaciones desde Abraham a David fueron catorce, desde David a la deportación a Babilonia catorce, y de la deportación a Babilonia a Cristo catorce generaciones.18El nacimiento de Jesucristo sucedió de la siguiente forma. Su madre María estaba comprometida para casarse con José, pero antes de que se juntasen, ella se encontró embarazada por medio del Espíritu Santo.19Su esposo José era un hombre justo, pero no quiso avergonzarla públicamente. Así que decidió terminar con su compromiso con ella secretamente.20Mientras él pensaba sobre estas cosas, un ángel del Señor le apareció en sueños diciendo: "José, hijo de David, no temas tomar a María como tu esposa, porque el que está concebido dentro de ella fue concebido por el Espíritu Santo.21Ella dará a luz un Hijo y tú lo llamarás Jesús, pues Él salvará a su pueblo de sus pecados."22Todo esto sucedió para que se cumpliera lo hablado por el Señor a través del profeta, diciendo:23"MIRAD, LA VIRGEN CONCEBIRÁ Y DARÁ A LUZ UN HIJO, Y LLAMARÁN SU NOMBRE EMMANUEL, QUE SIGNIFICA 'DIOS CON NOSOTROS."24José despertó de su sueño e hizo como el ángel del Señor le había mandado y la tomó como su esposa.25Sin embargo, él no durmió con ella hasta que dio a luz a su hijo. Y él llamó su nombre Jesús.
1Después que Jesús nació en Belén de Judea en los días del rey Herodes, hombres sabios de oriente llegaron a Jerusalén diciendo:2"¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido a adorarle".3Cuando el rey Herodes escuchó esto, se turbó y toda Jerusalén con él.4Herodes reunió a todos los sacerdotes principales y escribas del pueblo y les preguntó: "¿Dónde nacerá el Cristo?"5Ellos le respondieron: "En Belén de Judea, porque esto es lo que estaba escrito por el profeta:6'Y TÚ, BELÉN, EN TIERRA DE JUDÁ, NO ERES LA MENOR ENTRE LOS PRINCIPES DE JUDÁ, PUES DE TI VENDRÁ UN GOBERNANTE QUE PASTOREARÁ MI PUEBLO DE ISRAEL.'"7Entonces Herodes secretamente llamó a los sabios para preguntarles exactamente en qué momento apareció la estrella.8Él los envió a Belén diciendo: "Vayan y busquen cuidadosamente al Niño. Cuando lo encuentren, déjenme saber para que yo vaya y también lo adore."9Después que ellos escucharon al rey continuaron su camino y la estrella que vieron en el oriente iba delante de ellos y se mantuvo sobre donde estaba el Niño.10Cuando vieron la estrella se alegraron con gran gozo.11Ellos fueron a la casa y vieron al Niño con María su madre. Ellos se inclinaron y lo adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra.12Dios les advirtió en un sueño de no regresar a Herodes; por eso se fueron a su tierra por otro camino.13Después que ellos se fueron, un ángel del Señor se le apareció a José en un sueño y le dijo: "Levántate, toma al Niño y a su madre y huye a Egipto. Quédate allí hasta que te Yo diga, porque el rey Herodes buscará al Niño para matarlo."14Esa noche José se levantó y tomó al niño y a su madre y partieron hacia Egipto.15Él se mantuvo allí hasta que Herodes falleció. Esto cumplió lo que Dios había dicho a través del profeta, "DE EGIPTO LLAMÉ A MI HIJO."16Entonces cuando Herodes se dio cuenta que había sido burlado por los hombres sabios se enojó grandemente. Él mandó a matar a todos los niños varones que tuvieran dos años o menos, que estubieran en Belén y en toda aquella región, de acuerdo al tiempo que él había determinado exactamente de los sabios.17Entonces se cumplió todo lo que se había dicho a través del profeta Jeremías:18"SE ESCUCHÓ UNA VOZ EN RAMA, LLANTO Y UNA GRAN LAMENTACIÓN, ES RAQUEL LLORANDO POR SUS HIJOS Y REHUSÓ SER CONSOLADA PORQUE ELLOS NO VIVIAN MÁS."19Cuando Herodes murió, he aquí un ángel del Señor se le apareció en un sueño a José en Egipto y le dijo:20"Levántate y toma al Niño y a su madre y ve a la tierra de Israel, porque aquellos que buscaban matar al Niño han muerto."21José se levantó y tomó al Niño y a su madre y regreso a la tierra de Israel.22Pero cuando escuchó que Arquelao estaba reinando en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Después que Dios le advirtió en un sueño, partió a la región de Galilea23y fue y vivió en la ciudad llamada Nazaret. Esto cumplió lo que había sido dicho por los profetas que Él sería llamado Nazareno.
1En aquellos días Juan el Bautista vino predicando en el desierto de Judea diciendo:2"Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.3Porque él fue de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: "LA VOZ DE ALGUIEN QUE GRITA EN EL DESIERTO, 'PREPAREN EL CAMINO DEL SEÑOR, ENDERECEN SUS CAMINOS.'"4Juan vestía ropa de pelo de camello, y un cinturón de cuero alrededor de su cintura. Su comida era langostas y miel silvestre.5Entonces Jerusalén, toda Judea, y toda la región alrededor del Río Jordán acudian a él.6Ellos eran bautizados en el Río Jordán, mientras confesaban sus pecados.7Pero cuando él vio a muchos de los Fariseos y Saduceos llegando a él para ser bautizados, él les dijo: "Ustedes camada de viboras venenosas, ¿quién les advirtió para que huyeran de la ira que vendrá?8Produzcan fruto digno de arrepentimiento.9Y no piensen en decir entre ustedes: 'Nosotros tenemos a Abraham por nuestro padre.' Aunque yo les digo que Dios es capaz de levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.10Ya el hacha ha sido puesta contra la raíz de los árboles. Así que todo árbol que no produce buen fruto es cortado y lanzado en el fuego.11Yo los bautizo con agua para arrepentimiento. Pero Él que viene después de mí, es más poderoso que yo y no soy digno ni de llevar Sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.12Su aventador está en Su mano para limpiar a fondo Su era y para recoger Su trigo en el granero. Pero Él quemará la paja con fuego que nunca se puede apagar."13Entonces Jesús vino de Galilea al Río Jordán para ser bautizado por Juan.14Pero Juan seguía tratando de detenerlo, diciendo: "Yo necesito ser bautizado por Ti, y ¿Tú vienes a mí?"15Jesús respondió y Le dijo: "Permítelo ahora, porque es justo para nosotros que cumplamos toda justicia." Entonces Juan se lo permitió.16Después que Él fue bautizado, Jesús salió inmediatamente del agua, y he aquí, los cielos fueron abiertos. Él vio el Espíritu de Dios descender como una paloma y posarse sobre Él.17He aquí, una voz vino de los cielos diciendo: "Este es Mi Hijo amado. Estoy muy complacido con Él."
1Luego Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.2Cuando hubo ayunado por cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.3El tentador vino y le dijo: "Si tú eres el Hijo de Dios, ordenale a estas piedras que se conviertan en pan".4Pero Jesús respondió y le dijo: "Escrito está, 'NO SÓLO DE PAN VIVIRÁ EL HOMBRE, SINO DE TODA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS.'"5Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa y lo puso en el punto más alto del templo,6y le dijo: "Si tú eres el Hijo de Dios, lánzate hacia abajo, pues escrito está: 'ÉL ORDENARÁ A SUS ÁNGELES A CUIDAR DE TI,' y, 'ELLOS TE LEVANTARÁN EN SUS MANOS, DE MANERA QUE NO GOLPEES TU PIE CONTRA UNA PIEDRA'"7Jesús le dijo: "Nuevamente escrito está: 'NO PONDRÁS A PRUEBA AL SEÑOR TU DIOS'".8Nuevamente, el diablo lo llevó a un lugar alto y le mostró todos los reinos del mundo junto con todo su esplendor.9Él le dijo: "Todas estas cosas te daré, si te postras ante mí y me adoras."10Entonces Jesús le dijo: "¡Vete de aquí, Satanás! Porque escrito está: 'ADORARÁS AL SEÑOR TU DIOS, Y SÓLO A ÉL SERVIRÁS'".11Entonces el diablo lo dejó, y entonces, vinieron ángeles y le sirvieron.12Cuando Jesús escuchó que a Juan lo habían arrestado, regresó a Galilea.13Él salió de Nazaret y fue a vivir en Capernaúm, que está cerca del Mar de Galilea, en los territorios de Zabulón y de Neftalí.14Esto sucedió para que se cumpliera lo que se había dicho a través del profeta Isaías:15''¡LA TIERRA DE ZABULÓN Y LA TIERRA DE NEFTALÍ, CAMINO AL MAR, MÁS ALLÁ DEL JORDÁN, GALILEA DE LOS GENTILES!16EL PUEBLO ASENTADO EN TINIEBLAS HA VISTO UNA GRAN LUZ, Y AQUELLOS QUE VIVIAN EN REGIÓN Y SOMBRA DE MUERTE, SOBRE ELLOS, LUZ RESPLANDECIO.''17Desde ese tiempo Jesús comenzó a predicar y a decir: "Arrepiéntanse, pues el reino de los cielos se ha acercado."18Mientras Él caminaba junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón que es llamado Pedro, y su hermano Andrés, que lanzaban una red en el mar, pues eran pescadores.19Jesús les dijo: "Vengan y síganme, y yo los haré pescadores de hombres".20Inmediatamente ellos dejaron las redes y lo siguieron.21Mientras Jesús salía de allí él vio a otros dos hermanos, Jacobo el hijo de Zebedeo, y Juan, su hermano. Ellos estaban en la barca junto a su padre, Zebedeo; estaban zurciendo sus redes. Él los llamó,22E inmediatamente dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.23Jesús fue por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino, sanando todo tipo de enfermedades y toda clase de dolencias entre la gente.24Las noticias acerca de Él se propagaron por toda Siria, y la gente le traían todos aquellos que estaban enfermos, con varias afecciones y dolores, aquellos poseídos por demonios, y los epilépticos y paralíticos. Jesús los sanaba.25Grandes multitudes le seguían desde Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea, y más allá del Jordán.
1Cuando Jesús vio las multitudes, subió al monte; cuando se sentó, Sus discípulos vinieron a Él.2Él abrió Su boca y Les enseñó; El dijo:3"Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.4Bienaventurados aquellos que lloran, porque ellos serán consolados.5Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.6Bienaventurados los hambrientos y sedientos de justicia, porque ellos serán saciados.7Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos obtendrán misericordia.8Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios.9Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.10Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.11Bienaventurados ustedes cuando la gente los insulte y los persiga, o falsamente digan toda clase de cosas malas en su contra por Mi causa.12Regocíjense y alégrense mucho, porque grande es su recompensa en el cielo. Porque así la gente persiguió a los profetas que vivieron antes de ustedes.13Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿como podrá hacerse salada de nuevo? No es buena para nada, excepto para ser tirada y pisoteada por la gente.14Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada en un monte no se puede ocultar.15Tampoco la gente enciende una lámpara y la coloca debajo de un cajon, sino en un candelero, alumbra a todos en la casa.16Dejen que su luz brille delante de la gente de tal manera que vean sus buenas obras y alaben al Padre que está en el cielo.17No piensen que Yo he venido a destruir la ley o a los profetas; no he venido para destruirlos, sino para cumplir.18Porque verdaderamente les digo que hasta que el cielo y la tierra pasen, ni una jota, ni una tilde en ninguna manera pasarán de la ley, hasta que todas las cosas se hayan consumado.19Por lo tanto cualquiera que rompa el más pequeño de estos mandamientos y enseñe a otros a hacerlo, será llamado menos importante en el reino de los cielo. Pero cualquiera que los guarde y los enseñe será llamado grande en el reino de los cielos.20Porque Yo les digo que a menos que su justicia exceda la justicia de los escribas y Fariseos, de ninguna manera entrarán al reino de los cielos.21Ustedes han escuchado que se les dijo en tiempos antiguos: 'NO MATARÁS', y 'Cualquiera que mate estará en peligro de juicio.'22Pero Yo les digo que todo el que esté enojado con su hermano estará en peligro de juicio; y cualquiera que le diga a su hermano: '¡Tú eres una persona que no vale nada!' estará en peligro de ser juzgado por el concilio; y cualquiera que le diga: '¡Tú tonto!', estará en peligro del fuego del infierno.23Por lo tanto si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,24deja tu ofrenda allí en frente del altar, y anda. Primero reconcíliate con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu regalo.25Ponte de acuerdo con tu acusador mientras vas con él de camino a la corte, o tu acusador tal vez te entregue al juez, y el juez tal vez te entregue al oficial, y tú tal vez seas arrojado a la prisión.26Verdaderamente les digo, que nunca saldrás de allí hasta que hayas pagado la última parte del dinero que debes.27Ustedes han escuchado que fue dicho: 'NO COMETERÁS ADULTERIO.'28Pero Yo les digo a todo aquel que mira a una mujer para desearla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.29Y si tu ojo derecho te causa tropiezo, arráncalo y échalo lejos de ti; porque es mejor para ti que una parte de tu cuerpo perezca, a que todo tu cuerpo sea echado al infierno.30Y si tu mano derecha te causa tropiezo, córtala y échala lejos de ti; porque es mejor para ti que una parte de tu cuerpo perezca, a que todo tu cuerpo vaya al infierno.31También fue dicho: 'CUALQUIERA QUE REPUDIE A SU ESPOSA, QUE LE DE UN CERTIFICADO DE DIVORCIO.'32Pero Yo les digo que todo aquel que se divorcie de su esposa, excepto por causa de inmoralidad sexual, la hace a ella una adúltera; y cualquiera que se case con ella después que esta se ha divorciado comete adulterio.33Otra vez, han oído que les fue dicho en tiempos antiguos: 'NO JURARAS FALSAMENTE, SINO CUMPLE TUS JURAMENTOS AL SEÑOR.'34Pero yo les digo, no jures por nada; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;35ni por la tierra, porque es el estrado de Sus pies; ni por Jerusalén, porque es LA CIUDAD DEL GRAN REY.36Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer un pelo blanco o negro.37Pero deja que tu hablar sea, 'Sí, sí,' o 'No, no.' Todo lo que es más que esto viene del maligno.38Has oído decir: 'OJO POR OJO, Y DIENTE POR DIENTE.'39Pero yo les digo, no resistas al que es malo; en su lugar, cualquiera que te golpea en tu mejilla derecha, también vuélvele la otra.40Y si alguien desea ir a la corte contigo y te quita tu camisa, deja que se lleve también tu capa.41Y el que te obliga a ir un kilómetro, ve con él dos.42Da a todo aquel que te pide, y no le des la espalda al que desea pedirte prestado.43Han oído que fue dicho: 'AMARÁS A TU VECINO Y ODIARÁS A TU ENEMIGO.'44Pero les digo, amen a sus enemigos y oren por aquellos que los persiguen,45para que puedan ser hijos del Padre que está en los cielos. Porque Él hace salir el sol sobre los malos y los buenos, y manda la lluvia sobre los justos y los injustos.46Si aman a los que los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿No hacen así mismo los cobradores de impuestos?47Y si solo saludan a sus hermanos, ¿qué hacen más que los otros? ¿No así mismo hacen los Gentiles?48Por tanto sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto.
1Ten cuidado, que no hagas tus obras de justicia ante las personas para ser visto por ellas, o no tendrás recompensa de tu Padre que está en los cielos.2Pero cuando des limosnas, no toquen trompeta ante ustedes como los hipócritas hacen en las sinagogas y en las calles, para recibir alabanza de la gente. De cierto te digo, ellos ya han recibido su recompensa.3Pero cuando des limosnas, no permitas que tu mano izquierda sepa lo que está haciendo tu mano derecha,4así que tu limosna sea dada en secreto. Entonces tu Padre que ve en secreto te recompensará.5Y cuando ores, no seas como los hipócritas, porque ellos aman estar de pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, de esa manera puedan ser vistos por la gente. De cierto te digo, ellos ya han recibido su recompensa.6Pero tú, cuando tú ores, entra en tu habitación. Cierra la puerta, y ora a tu Padre que está en lo secreto. Entonces tu Padre que ve en secreto te recompensará a ti.7Y cuando ores, no hagas vanas repeticiones como lo hacen los Gentiles, porque ellos piensan que serán oídos por su mucho hablar.8Por lo tanto, no seas como ellos, porque tu Padre conoce las cosas que necesitas antes que tu le preguntes.9Por lo tanto, ora de esta manera: "Padre nuestro en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino,10tu voluntad sea hecha, en la tierra como en el cielo.11Danos hoy nuestro pan diario.12Perdona nuestras deudas, así como nosotros también hemos perdonado a nuestros deudores.13Y no nos dejes caer en tentación, pero líbranos del mal.14Porque si tú perdonas a la gente por sus ofensas, tu Padre celestial también te perdonará.15Pero si tú no perdonas sus ofensas, tampoco tu Padre te perdonará tus ofensas.16Además, cuando ayunes, no tengas una cara de afligido, como hacen los hipócritas, porque ellos demudan sus rostros para que se vea ante la gente que están ayunando. De cierto te digo, que ellos ya han recibido su recompensa.17Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu cara.18Así no mostrarás a las personas que estás ayunando, pero solo a tu Padre que está en secreto. Y tu Padre, que te ve en secreto, te recompensará.19No guardes tesoros para ti en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde los ladrones irrumpen y roban.20Mas bien, acumula para ti tesoros en el cielo, donde ni polilla ni el moho destruyen, y donde los ladrones no irrumpen y roban.21Porque donde está tu tesoro, también allí estará tu corazón .22El ojo es la lámpara del cuerpo. Sin embargo, si tu ojo es bueno, el cuerpo entero está lleno con luz.23Pero si tu ojo es malo, tu cuerpo entero está lleno de oscuridad. Sin embargo, si la luz que está en ti es actualmente oscuridad, ¿cuán grande es esa oscuridad?24Ninguno puede servir a dos señores, porque odiará a uno y amará el otro, o será devoto a uno y despreciará al otro. Tú no puedes servir a Dios y las riquezas.25Sin embargo yo te digo, no se preocupen por tu vida, por qué comerás o qué beberás o acerca de tu cuerpo, que vestirás. ¿Porque no es la vida más que comida, y el cuerpo más que la ropa?26Mira a las aves del cielo. Ellas ni siembran, ni recogen, ni reúnen en los graneros, pero tu Padre celestial les da comida. ¿No son ustedes más valiosos de lo que ellas son?27¿Cuál de ustedes por ser ansiosos pueden añadir una hora al término de vida?28¿Y por qué están ustedes ansiosos acerca de su vestimenta? Piensen acerca de los lirios en el campo, como ellos crecen. Ellos no trabajan, no hilan su ropa.29Y aún así te digo, que ni siquiera Salomón en toda su gloria no fue vestido como uno de estos.30Si Dios viste la hierba en el campo, que hoy existe y mañana es tirada en el horno, ¿cuánto más Él les vestirá a ustedes, gente de poca fe?31Entonces no estén ansiosos y digan: '¿qué comeremos?' o, '¿qué beberemos?' o, '¿con qué nos vestiremos?'32Porque todas estas cosas las buscan los Gentiles; pero tu Padre celestial conoce que las necesitan.33Mas busquen primero el reino de Dios y Su justicia entonces todas estas cosas te serán dadas a ti.34Por lo tanto, no estén ansiosos por el mañana, porque el mañana será ansioso por sí mismo. Cada día tiene suficientes problemas en sí mismo.
1No juzguen y ustedes no serán juzgados.2Porque con el juicio con que juzguen, serán juzgados y con la medida con que midan, serán medidos.3¿Y por qué miran la pequeña paja que está en el ojo de su hermano, pero no se fijan en la viga que tienen en su propio ojo?4¿Cómo pueden decir a su hermano: 'Déjame sacar la paja de tu ojo,' mientras tienen la viga en su propio ojo?5¡Hipócritas! Primero saquen la viga de su propio ojo y así podrán ver la paja en el ojo de su hermano.6No des lo que es santo a los perros y no tires tus perlas frente a los cerdos, porque quizás las pueden pisotear bajo sus patas y luego despedazarte.7Pidan y se les dará; busquen, y hallarán; toquen y se les abrirá.8Porque todo el que pide, recibe y el que busca, encuentra y al que toca, se le abre.9¿O qué hombre entre ustedes, si su hijo le pide un pedazo de pan, le dará una piedra? ¿10O si le pide un pescado, le dará una serpiente?11De manera, que si ustedes siendo malos saben dar buenos regalos a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en el cielo les dará las cosas buenas que le pidan?12De manera que cualquier cosa que quieran que otros hagan por ustedes, así mismo harán ustedes por ellos; porque ésta es la Ley y los profetas.13Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplio el camino que lleva a la destrucción, y muchos pasan por ella.14Porque angosta es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos la encuentran.15Cuídense de los falsos profetas, quienes se acercan vestidos de ovejas, pero realmente son lobos rapaces.16Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de entre los cardos?17De la misma manera, un buen árbol produce buenos frutos, pero uno malo produce malos frutos.18Un buen árbol no produce malos frutos, ni árbol malo que produce buenos frutos.19Todo árbol que no produzca buenos frutos será cortado y lanzado al fuego.20Por lo tanto, por sus frutos los conocerán.21No todo el que me dice: 'Señor, Señor,' entrará en el reino de los cielos, sino sólo aquellos que hacen la voluntad de Mi Padre que está en el cielo.22En aquel día muchos Me dirán: 'Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hemos hecho maravillas?'23Entonces les diré: '¡Nunca les conocí! ¡Aléjense de Mí, hacedores de maldad!'24Así mismo, todo aquel que oye Mis palabras y las obedece, será como el hombre sabio que construyó su casa en la roca.25La lluvia cayó, los torrentes llegaron, los vientos soplaron y golpearon la casa; pero la casa no se cayó, porque estaba construida sobre roca.26Pero todo el que escucha Mis palabras y no las obedece, será cómo el hombre insensato que construyó su casa en la arena.27La lluvia cayó, los torrentes llegaron, los vientos soplaron y destruyeron la casa; y la casa cayó y fue grande su caída."28Sucedió que cuando Jesús terminó de hablar estas palabras, la multitud estaba asombrada por Sus enseñanzas,29porque Él enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
1Cuando Jesús había bajado de la montaña, grandes multitudes Lo siguieron.2He aquí un leproso vino, se inclinó ante Él, diciendo: "Señor, si Tú quieres, puedes hacerme limpio."3Jesús extendió su mano y lo tocó, diciendo: "Yo quiero. Sé limpio." Inmediatamente fue limpiado de su lepra.4Jesús le dijo a él: "Mira no digas nada a nadie. Ve por tu camino, y muéstrate al sacerdote, y ofrece la ofrenda que Moisés ordenó, para testimonio a ellos."5Cuando Jesús había entrado a Capernaúm, un centurión vino a Él pidiéndole,6diciendo: "Señor, mi siervo descansa en la casa, paralizado y en terrible dolor."7Jesús le dijo: "Yo iré y lo sanaré."8El centurión contestó y dijo: "Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; sólo dí la palabra y mi siervo será sanado.9Pues yo también soy un hombre bajo autoridad y tengo soldados a mi cargo. Yo le digo a éste: 've,' y él va; y a otro, 'ven,' y él viene; y a mi siervo: 'haz esto,´ y él lo hace."10Cuando Jesús escuchó esto, estaba maravillado y le dijo a aquellos que le estaban siguiendo: "Ciertamente les digo, que no he encontrado nadie con tal fe en Israel.11Les digo, muchos vendrán del este y el oeste, y se inclinarán en la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el reino de los cielos.12Pero los hijos del reino serán arrojados a la oscuridad de afuera, donde habrá llanto y crujir de dientes."13Jesús le dijo al centurión: "¡Márchate! Según has creído, así será hecho para ti." Y el siervo fue sanado en esa misma hora.14Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, vio a la suegra de Pedro acostada con fiebre.15Jesús tocó su mano, y la fiebre la abandonó. Entonces ella se levantó y comenzó a servirle.16Cuando llegó la tarde, la gente le llevó a Jesús muchos endemoniados. Él expulsó los espíritus con una palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos.17De esta manera se cumplió aquello que había sido dicho por Isaías, el profeta, diciendo: "ÉL MISMO TOMÓ NUESTRAS ENFERMEDADES Y CARGÓ NUESTRAS DOLENCIAS."18Ahora, cuando Jesús vio la multitud alrededor de Él, dio instrucciones para que se fueran al otro lado del Mar de Galilea.19Luego un escriba llegó a Él y le dijo: "Maestro, yo te seguiré a donde quiera que tú vayas."20Jesús le dijo: "Las zorras tienen agujeros, y las aves de los cielos tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene lugar donde recostar su cabeza."21Otro de Sus discípulos le dijo: "Señor, permíteme primero ir a enterrar a mi padre."22Pero Jesús le dijo: "Sígueme, y deja los muertos que entierren a sus propios muertos."23Cuando Jesús había entrado a una barca, Sus discípulos le siguieron.24He aquí, allí se levantó una gran tormenta en el mar, de modo que la barca estaba cubierta con las olas. Pero Jesús estaba dormido.25Los discípulos vinieron a Él y lo despertaron, diciendo: "Sálvanos, Señor; ¡estamos a punto de morir!"26Jesús les dijo: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?" Luego Él se levantó y reprendió los vientos y el mar. Después hubo una gran calma.27Los hombres se maravillaron y dijeron: "¿Qué clase de hombre es éste, que aún los vientos y el mar le obedecen?"28Cuando Jesús llegó al otro lado y estaba en el pueblo de los Gadarenos, dos hombres que eran controlados por los demonios se encontraron con Él. Ellos habían salido de las tumbas y eran muy violentos, así que ningún viajero podía pasar por ese camino.29He aquí, ellos gritaron y dijeron: "¿Qué tenemos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?"30Ahora, un hato de muchos cerdos estaba allí alimentándose no muy lejos de ellos.31Los demonios continuaban implorándole a Jesús diciendo: "Si Tú nos echas fuera, envíanos a ese hato de cerdos."32Jesús les dijo: "¡Vayan!" Los demonios salieron y entraron a los cerdos. Y he aquí, el hato completo, se precipitó por la colina abajo al mar y murieron en el agua.33Los que cuidaban a los cerdos huyeron. Y cuando ellos entraron a la ciudad, reportaron todo, especialmente lo que pasó con los endemoniados .34He aquí, toda la ciudad salió a encontrarse con Jesús. Cuando ellos lo vieron, ellos le rogaron que abandonara su región.
1Jesús entró a una barca, y cruzando al otro lado, llegó a su propia ciudad.2He aquí, le trajeron un hombre paralítico acostado en una camilla. Viendo la fe de ellos, Jesús le dijo al hombre paralítico: "Hijo, ten buen ánimo, tus pecados te han sido perdonados."3He aquí, algunos de los escribas se dijeron entre sí; "Este hombre está blasfemando"4Jesús conociendo sus pensamientos les dijo: "¿Por qué piensan mal en sus corazones?5¿Que es más fácil decir: 'Tus pecados te son perdonados' o: 'Levántate y anda?'6Pero para que conozcan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, Él le dijo al paralítico: 'Levántate, recoge tu camilla, y vete a tu casa."'7Entonces el hombre se levantó y se fue a su casa.8Cuando las multitudes vieron esto, estaban asombradas y glorificaron a Dios, quien le había dado tal autoridad a los hombres.9Al Jesús salir de ahí, vio un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el lugar de cobro de impuestos; Él le dijo: "Sígueme." Él se levantó y le siguió.10Al Jesús sentarse a comer en la casa, he aquí muchos recaudadores de impuestos y pecadores vinieron y cenaron con Jesús y sus discípulos.11Cuando los Fariseos vieron esto, le dijeron a Sus discípulos: "¿Por qué su Maestro cena con recaudadores de impuestos y con pecadores?"12Cuando Jesús escuchó esto dijo: "Los sanos no necesitan médico, sólo las personas que están enfermas necesitan uno.13Ustedes deben aprender qué significa esto: 'Yo quiero misericordia y no sacrificio.' Pues yo vine, no a llamar a los rectos al arrepentimiento, sino a los pecadores."14Los discípulos de Juan vinieron a Él y dijeron: "¿Por qué nosotros y los Fariseos ayunamos a menudo, pero Tus discípulos no ayunan?"15Jesús les dijo: "¿Pueden los invitados de una boda estar de luto, mientras el novio aún está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán.16Ningún hombre coloca un remiendo de tela nuevo en un vestido viejo, ya que el remiendo se desgarrará del vestido, y la rotura será peor.17Tampoco las personas ponen vino nuevo en odres viejos; si lo hacen, la piel se romperá, el vino se derramará, y el odre será destruido. En cambio, si ponen vino nuevo en odres nuevos, ambos serán preservados."18Mientras Jesús les decía estas cosas, he aquí, vino un oficial y se inclinó a Él. Le dijo: "Mi hija acaba de morir, pero ven y pon tu mano sobre ella, y ella vivirá."19Entonces Jesús se levantó y le siguió, y también Sus discípulos.20He aquí, una mujer que tenía un sangrado severo por doce años, vino detrás de Jesús y tocó el borde de su manto.21Pues se había dicho a sí misma: "Si tan solo tocare su manto, seré sana."22Jesús volteándose la miró, y le dijo: "Hija, ten ánimo; tu fe te ha sanado." Y la mujer al instante fue sanada.23Cuando Jesús entró a la casa del oficial, vio a los que tocaban flautas y a la multitud que hacía mucho ruido.24Él les dijo: "Váyanse, la niña no está muerta, si no que duerme." Pero ellos se rieron, burlándose de Él.25Cuando la multitud fue echada fuera, Él entró y la tomó de la mano, y la niña se levantó.26La noticia sobre esto se esparció por toda la región.27Mientras Jesús pasaba por ahí, dos hombres ciegos le seguían. Ellos gritaban y le decían: "¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros!"28Cuando Jesús entró a la casa, los hombres ciegos vinieron a Él. Jesús les dijo: "¿Ustedes creen que Yo puedo hacer esto?" Ellos respondieron: "Sí, Señor."29Entonces Jesús tocó sus ojos y les dijo: "Que sea hecho en ustedes según su fe."30Y sus ojos fueron abiertos. Entonces Jesús les ordenó rigurosamente: "Velen que nadie conozca sobre esto."31Pero los dos hombres fueron y difundieron la noticia por toda la región.32Mientras los dos hombres salían de aquel lugar, he aquí un hombre mudo, poseído por un demonio, fue traído a Jesús.33Cuando el demonio fue echado fuera, el hombre mudo habló. La multitud estaba asombrada y dijo: "¡Esto nunca antes se había visto en Israel!"34Pero los Fariseos decían: "Por el príncipe de los demonios, echa fuera los demonios."35Jesús fue por todas las ciudades y aldeas. Él continuó enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino, y sanando todo tipo de dolencias y todo tipo enfermedades.36Cuando Él vio la multitud, tuvo compasión de ellos, porque estaban turbados y desalentados. Ellos eran como ovejas sin pastor.37Él le dijo a sus discípulos: "A la verdad la cosecha es mucha, pero son pocos los obreros.38Por lo tanto oren al Señor de la cosecha, que envíe obreros a su cosecha."
1Jesús llamó a Sus doce discípulos y les dio autoridad sobre espíritus impuros, para expulsarlos, y para sanar toda clase de dolencia y toda clase de enfermedad.2Ahora, los nombres de los doce apóstoles eran éstos: el primero, Simón (quien también se llamaba Pedro), y Andrés su hermano, Santiago, el hijo de Zebedeo, y Juan su hermano,3Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el cobrador de impuestos, Santiago el hijo de Alfeo y Tadeo,4Simón el Zelote y Judas Iscariote, quien lo traicionaría.5A estos doce Jesús envió. Les enseñó y Les dijo: "No vayan a cualquier lugar donde los Gentiles viven, y no entren a cualquier pueblo de los Samaritanos.6En su lugar, vayan a las ovejas perdidas de la casa de Israel.7Y mientras vayan, prediquen y digan: 'El reino de los cielos se ha acercado.'8Sanen al enfermo, resuciten al muerto, limpien al leproso, y echen fuera demonios. Generosamente han recibido, generosamente darán.9No reciban oro, plata, ni metales para sus monederos.10No lleven equipaje para su viaje, tampoco túnicas, ni sandalias, ni un bastón, porque el obrero se merece su sostén.11En cualquier ciudad o aldea que entren, busquen quien sea digno, y quédense allí hasta que se vayan.12Cuando entren en la casa, saluden"paz a esta casa".13Si la casa es digna, que la paz de ustedes venga sobre ella; pero si la casa no es digna, que su paz regrese a ustedes.14Sobre aquellos, quienes no los reciban a ustedes o escuchen sus palabras, cuando se vayan de esa casa o ciudad, sacudan el polvo de sus pies.15Porque ciertamente les digo que en el día del juicio el sufrimiento será menor para la tierra de Sodoma y Gomorra que para esa ciudad.16Vean, que Yo los envío como a ovejas en medio de lobos, así que sean astutos como las serpientes y mansos como las palomas.17¡Tengan cuidado con las personas!, Porque los entregarán a los concilios, y en las sinagogas los azotarán.18Los llevarán ante los gobernantes y reyes por Mi causa, como testimonio para ellos mismos y para los Gentiles.19Cuando los entreguen, no estén ansiosos acerca de qué o cómo hablarán, porque lo que dirán les será revelado en ese momento.20Porque no serán ustedes quienes hablarán, sino el Espíritu de su Padre quien hablará a través de ustedes.21Un hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo. Los hijos se levantarán en contra de sus padres y les causarán su muerte.22Ustedes serán odiados por todos a causa de Mi nombre. Pero quien se mantenga fiel hasta la muerte, esa persona será salva.23Cuando los persigan en una ciudad, huyan a la próxima; porque ciertamente les digo, que ustedes terminaran de recorrer las ciudades de Israel antes de que el Hijo del Hombre haya regresado.24Un discípulo no es más importante que su maestro, ni un sirviente está por encima de su amo.25Le debe ser suficiente al discípulo ser como su maestro, y al sirviente ser como su amo. ¡Si ellos han llamado al maestro de la casa, Beelzebú, cuánto más a los de su casa!26Por lo tanto, no le tengan miedo a ellos, porque no hay cosa oculta que no haya de ser revelada, y nada escondido que no será conocido.27Lo que Yo les diga en la oscuridad, díganlo a la luz del día, y lo que escuchen suavemente en su oído, proclámenlo sobre los techos de las casas.28No le tengan miedo a esos quienes matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. En cambio, ténganle miedo a Aquél que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno.29¿No son dos gorriones vendidos por una pequeña moneda? Aún así, ninguno de ellos cae al suelo sin que su Padre lo sepa.30Porque incluso todos los cabellos de la cabeza de ustedes son contados.31No tengan miedo. Ustedes son más valiosos que muchos gorriones.32Por eso, aquel que me confiese delante de los hombres, Yo también le confesaré ante mi Padre quien está en el cielo;33pero aquel que me niegue delante de los hombres, Yo también le negaré ante mi Padre quien está en el cielo.34No piensen que he venido a traer paz sobre la tierra. Yo no he venido a traer paz, sino una espada.35Porque vine a poner al hombre en contra de su padre, a la hija en contra de su madre, y a la nuera en contra de su suegra.36Los enemigos del hombre serán aquellos de su propia casa.37Aquel quien ame a su padre más que a Mí no es merecedor de Mí. Aquel quien ame a un hijo o a una hija más que a Mí, no es merecedor de Mí.38Aquel quien no tome su cruz y Me siga, no es merecedor de Mí.39Quien halla su vida la perderá; pero quien pierda su vida por Mi causa, la hallará.40Aquel quien los reciba a ustedes me recibirá a Mí, y aquel quien Me reciba, también recibe a quien me envió.41Aquel quien reciba a un profeta, por cuanto es profeta, recibirá la recompensa del profeta. Aquel quien reciba a un hombre justo recibirá la recompensa del hombre justo.42Cualquiera que le dé a uno de estos mis pequeñitos, aunque sea un vaso de agua fría para tomar, porque es Mi discípulo, ciertamente les digo que de ninguna manera se quedará sin su recompensa.
1Cuando Jesús terminó de instruir a Sus doce discípulos, se fue de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.2Ahora, cuando Juan escuchó en la prisión sobre los hechos del Cristo, le envió un mensaje con sus discípulos3y Le dijo: "¿Eres Tú el que ha de venir, o es a otra persona que debemos esperar?"4Jesús respondió y les dijo: "Vayan e informen a Juan lo que ven y oyen.5Los ciegos reciben la vista, los cojos caminan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos resucitan y los menesterosos reciben las buenas nuevas.6Bendecido el que no encuentra ocasión de tropezar en mí."7Cuando estos hombres se fueron por su camino, Jesús empezó a hablar a las multitudes sobre Juan: "¿Qué fueron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?8Pero ¿qué fueron a ver? ¿a un hombre vestido en ropas finas? En verdad, aquellos que visten ropas finas viven en palacios de reyes.9Pero, ¿qué salieron a ver? ¿a un profeta? Sí, les digo, y mucho más que un profeta.10Este es aquel de quien se escribió: 'VEAN, YO LES ENVÍO MI MENSAJERO DELANTE DE TU FAZ, QUIÉN PREPARARÁ TU CAMINO DELANTE DE TI.'11Les digo sinceramente, que entre aquellos nacidos de mujer, ninguno es más grande que Juan el Bautista. Y aún así la persona menos importante en el reino de los cielos es más grande que él.12Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los hombres violentos lo toman a la fuerza.13Porque los profetas y la Ley profetizaron hasta Juan.14Y si ustedes están dispuestos a recibirlo, este es Elías, aquel que había de venir.15El que tenga oídos para escuchar, que escuche.16¿Con qué debo comparar a esta generación? Son como niños jugando en un mercado, que se sientan y se llaman unos a otros17y dicen: 'Nosotros tocamos la flauta para ustedes, y ustedes no bailaron. Estuvimos de luto, y ustedes no lloraron.'18Porque Juan no vino comiendo pan, ni bebiendo vino, y dicen: 'El tiene un demonio.'19El Hijo del Hombre vino comiendo y bebiendo y ellos dicen: '¡Miren, él es un hombre glotón y un borracho, amigo de los cobradores de impuestos y pecadores! Pero la sabiduría es justificada por sus acciones.'"20Entonces Jesús empezó a reprender las ciudades en las que la mayor parte de sus milagros habían ocurrido, porque no se habían arrepentido.21"¡Pobre de ti, Corazín! ¡Pobre de ti, Betsaida! Porque si los milagros que se hicieron en ustedes hubiesen sido hechos en Tiro y Sidón, ellas se habrían arrepentido hace tiempo con ropas de saco y con cenizas.22Pero habrá más tolerancia para Tiro y Sidón en el día del juicio que para ustedes.23Y tú, Capernaúm, ¿crees que serás exaltada al cielo? No, tú serás llevada abajo al Hades; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se hicieron en ti, ella hubiera prevalecido hasta hoy.24Pero les digo que será más fácil el día del juicio para Sodoma que para ti."25En ese tiempo Jesús dijo: "Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y la tierra, porque Tú ocultaste estas cosas a los sabios y entendidos y se las revelaste a aquellos quienes son, como los niños.26Sí, Padre, porque así te agradó.27Todas las cosas Me han sido entregadas por Mi Padre. Y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y cualquiera a quien el Hijo desee revelarlo.28Vengan a Mí, todos los que trabajan y están muy cargados, y Yo les daré descanso.29Lleven Mi yugo y aprendan de Mí, porque Yo soy manso y humilde de corazón, y ustedes encontrarán descanso para sus almas.30Porque Mi yugo es fácil y ligera Mi carga."
1En aquel tiempo Jesús pasaba por los sembradíos de grano en el día Sábado. Sus discípulos tenían hambre y comenzaron a arrancar espigas de grano y a comerlas.2Cuando los Fariseos vieron eso, le dijeron a Jesús: "Ves, Tus discípulos hacen lo que es contra la ley hacer en el día Sábado."3Pero Jesús les dijo: "¿No han leído lo que hizo David, cuando tuvo hambre y los hombres que estaban con él?4¿Cómo él entró a la casa de Dios y comió el pan consagrado, que era ilegal para él comer e ilegal para los que estaban con él, pero legal solo para los sacerdotes?5¿Y no han leído en la Ley, que en el día Sábado los sacerdotes en el templo profanan el Sábado pero no son culpables?6Pero Yo les digo que hay Uno más grande que el templo aquí.7Si hubieran sabido lo que esto significaba: ' MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO,' no habrían condenado a los que no tienen culpa.8Pues el Hijo del Hombre es el Señor del día Sábado."9Entonces Jesús se fue de allí y entró a la sinagoga de ellos.10He aquí, había un hombre con una mano seca. Los Fariseos le preguntaron a Jesús, diciendo: "¿Es legal curar en el día Sábado?" para que así pudieran acusarlo de pecado.11Jesús les dijo: "¿Qué hombre habría entre ustedes, que si tuviera sólo una oveja, y esta oveja cayera en un hoyo profundo en el día Sábado, no la agarra y la sacaría de allí?12!Cuanto más vale un hombre, que una oveja! De modo que es legal hacer el bien en el día Sábado."13Entonces Jesús le dijo al hombre: "Extiende tu mano." Él la extendió y fue restaurada, sana, igual que la otra mano.14Pero los Fariseos salieron y conspiraban contra Él. Ellos estaban buscando cómo podrían matarlo.15Al Jesús percibir esto, se alejó de allí. Mucha gente Lo seguía y Él los sanaba a todos.16Él les ordenó que no Lo dieran a conocer a otros,17para que pudiera hacerse realidad lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, diciendo:18"VEAN, MI SIERVO A QUIEN YO HE ESCOGIDO; MI AMADO, EN QUIEN MI ALMA ESTÁ MUY COMPLACIDA. PONDRÉ MI ESPÍRITU SOBRE ÉL, Y ÉL ANUNCIARÁ JUICIO A LOS GENTILES.19ÉL NO LUCHARÁ NI CLAMARÁ; NI ESCUCHARÁN SU VOZ EN LAS CALLES.20ÉL NO ROMPERÁ LA CAÑA QUEBRADA; ÉL NO APAGARÁ NINGUNA MECHA HUMEANTE, HASTA QUE LLEVE A LA VICTORIA LA JUSTICIA.21Y EN SU NOMBRE PONDRAN LAS NACIONES SU ESPERANZA."22Entonces alguien mudo y ciego, poseído por un demonio, fue traído a Jesús. Él lo sanó con el resultado de que el hombre mudo habló y vio.23Todas las multitudes estaban asombradas y dijeron: "¿Sera este hombre el Hijo de David?"24Pero cuando los Fariseos escucharon acerca de este milagro, dijeron: "Este hombre no hecha fuera demonios sino por Beelzebú, el príncipe de los demonios."25Pero Jesús conocía sus pensamientos y les dijo: "Todo reino dividido contra sí mismo queda desolado y cada ciudad o casa dividida contra sí misma no permanecerá.26Si Satanás hecha fuera a Satanás, él está dividido contra sí mismo: ¿Cómo permanecerá su reino?27Y si Yo echára fuera demonios por Belcebú: ¿Por quién los echan fuera sus seguidores? Por esto, ellos serán sus jueces.28Pero si Yo echo fuera demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a ustedes.29¿Y cómo alguien puede entrar a la casa de un hombre fuerte y robarle sus pertenencias sin atar al hombre fuerte primero? Entonces él le robará las pertenencias de su casa.30El que no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama.31Por lo tanto, Yo les digo, cada pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.32Y cualquiera que hable alguna palabra contra el Hijo del Hombre, ésta le será perdonada. Pero cualquiera que hable contra el Espíritu Santo, eso no le será perdonado, ni en este mundo, ni en el venidero.33O haces un árbol bueno y su fruto bueno, o haces el árbol malo y su fruto malo, porque un árbol es conocido por su fruto.34Ustedes, generación de víboras, ya que son malos, ¿cómo pueden decir cosas buenas, siendo malos? Porque del contenido del corazón habla la boca.35El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón, saca lo que es bueno; y el hombre malo, del tesoro malo de su corazón, saca aquello que es malo.36Y Yo les digo que en el día del juicio la gente dará cuenta de cada palabra vana que hayan dicho.37Porque por sus palabras ustedes serán justificados, y por sus palabras serán condenados."38Entonces algunos escribas y Fariseos le contestaron a Jesús y dijeron: "Maestro, deseamos ver una señal de ti."39Pero Jesús les contestó diciéndoles: "Una generación mala y adúltera busca una señal. Pero ninguna señal le será dada excepto la señal de Jonás el profeta.40Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en la barriga del pez grande, también el Hijo del Hombre estará tres días y tres noches en el corazón de la tierra.41Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio contra esta generación de gente y la condenará. Porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás, y miren, Alguien más grande que Jonás está aquí.42La Reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de ésta generación y los condenará. Ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y miren, Alguien más grande que Salomón está aquí.43Cuando un espíritu inmundo ha salido de un hombre, pasa por lugares áridos y busca descanso, pero no lo encuentra.44Entonces dice: 'Regresaré a mi casa de donde salí.' Habiendo regresado, encuentra la casa barrida y en orden.45Entonces sale y lleva con él otros siete espíritus peores que él, y todos ellos vienen a vivir allí. Entonces la condición final de ese hombre viene a ser peor que al principio. Así mismo será con ésta generación malvada."46Mientras Jesús aún le hablaba a las multitudes, he aquí, Su madre y Sus hermanos estaban afuera, buscando hablar con Él.47Alguien Le dijo: "Mira, Tu madre y hermanos están afuera, buscando hablar Contigo."48Pero Jesús le contestó, diciéndole a quien se lo dijo: "¿Quién es Mi madre? ¿Y quiénes son Mis hermanos?"49Entonces extendió Su mano hacia Sus discípulos y dijo: "¡Miren, aquí está Mi madre y Mis hermanos!50Porque cualquiera que haga la voluntad de Mi Padre que está en los cielos, esa persona es Mi hermano, hermana y madre."
1En ese día Jesús salió de la casa y se sentó al lado del mar.2Una gran multitud se reunió a su alrededor, así que entró a una barca y se sentó en ella. Toda la multitud se mantuvo en la playa.3Entonces Jesús les dijo muchas cosas en parábolas. Él dijo: "He aquí, un sembrador salió a sembrar.4Mientras él sembraba, algunas semillas cayeron al lado del camino, y las aves vinieron y las devoraron.5Otras semillas cayeron en terreno rocoso, donde no tenían mucho suelo. Inmediatamente brotaron porque el suelo no tenía mucha profundidad.6Pero cuando el sol salió, se quemaron porque no tenían raíces, y se secaron.7Otras semillas cayeron entre las plantas de espinos. Las plantas de espinos crecieron y las ahogaron.8Otras semillas cayeron en terreno bueno y produjeron grano, algunas cien veces mas, algunas sesenta, y algunas treinta.9Aquel que tenga oídos, oiga.10Los discípulos vinieron y le dijeron a Jesús: "¿Por qué les hablas a la multitud en parábolas?"11Jesús les respondió: "A ustedes se les ha dado el privilegio de entender misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha dado.12Porque cualquiera que tiene, le será dado más, y tendrá en abundancia. Pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene.13Por eso les habló a ellos en parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.14Para ellos la profecía de Isaías está cumplida, la cual dice: 'MIENTRAS OIGAS, OIRÁS, PERO DE NINGUNA MANERA ENTENDERÁS; MIENTRAS VEAS, VERÁS, PERO DE NINGUNA MANERA PERCIBIRÁS.15PORQUE EL CORAZÓN DE ESTE PUEBLO SE HA VUELTO INSENSIBLE, Y SUS OÍDOS SON PESADOS PARA OÍR, Y HAN CERRADO SUS OJOS, ASÍ QUE NO PUEDEN VER CON SUS OJOS, Y OÍR CON SUS OÍDOS, O ENTENDER CON SUS CORAZONES, ASÍ QUE ELLOS SE CONVIERTAN, Y YO LOS SANE'16Pero benditos son sus ojos, porque ven; y sus oídos, porque oyen.17Verdaderamente Yo les digo que muchos profetas y hombres justos desearon ver las cosas que ustedes ven, y no las vieron. Ellos desearon escuchar las cosas que ustedes oyen, y no las oyeron.18Escuchen lo que significa la parábola del sembrador.19Cuando alguien oye la palabra del reino pero no la entiende, entonces el maligno viene y arrebata lo que ha sido sembrado en su corazón. Ésta es la semilla que fue sembrada junto al camino.20Aquel que fue sembrado en el suelo rocoso es aquel que escucha la palabra y la recibe con gozo inmediatamente.21Pero como él que no tiene raíces en sí mismo solo permanece por poco tiempo. Cuando tribulación o persecución surgen por causa de la palabra, él se aparta inmediatamente.22Aquel que fue sembrado entre las plantas de espinos, éste es aquel que oye la palabra, pero las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y viene a ser sin fruto.23Aquel que fue sembrado en terreno bueno, es aquel que oye la palabra y la entiende. Éste es el que verdaderamente da fruto y lo produce; cien veces más, sesenta, y algunos treinta."24Jesús les presentó otra parábola a ellos. Les dijo: "El reino del cielo es como un hombre que sembró buena semilla de trigo en su terreno.25Pero mientras las personas dormían, su enemigo vino y también sembró cizaña entre el trigo, y se fue.26Cuando las semillas de trigo germinaron y produjeron su cultivo, entonces la cizaña también apareció.27Los siervos del dueño del terreno vinieron y le dijeron: 'Señor, ¿no sembró usted buena semilla en su terreno? ¿Cómo ahora tiene cizaña?'28Él les dijo: 'Un enemigo ha hecho esto.' Los sirvientes le dijeron: ¿quieres que vayamos y las arranquemos?'29El dueño del terreno dijo: 'No, cuando la cizaña, puedes arrancar el trigo con ella.30Deja que ambos crezcan juntos hasta la cosecha. En el tiempo de la cosecha yo le diré a los segadores: 'Recojan primero la cizaña y amárrenla en manojos para quemarla, pero guarden el trigo en mi granero.'"31Entonces Jesús les presentó otra parábola a ellos. Él dijo: "El reino del cielo es como una semilla de mostaza la cual un hombre se llevó y la sembró en su terreno.32Esta semilla es en efecto la más pequeña de todas las semillas. Pero cuando ha crecido, es más grande que todas las plantas del huerto. Se convierte en un árbol, tanto así que las aves del cielo vienen y hacen nido en sus ramas."33Jesús entonces les dijo a ellos otra parábola. "El reino del cielo es como levadura que una mujer se llevó y mezcló con tres medidas de harina hasta que fermento toda la masa."34Todas estas cosas Jesús las dijo a la multitud en parábolas; y sin parábolas Él no les dijo nada.35Esto era para que lo que fue dicho a través del profeta viniese a ser verdad, cuando él dijo: "ABRIRÉ MI BOCA EN PARÁBOLAS. DIRÉ COSAS QUE FUERON ESCONDIDAS DESDE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO."36Entonces Jesús dejó la multitud y entró en la casa. Sus discípulos vinieron a Él y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el terreno."37Jesús les respondió y dijo: "Aquel que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.38El terreno es el mundo; y la buena semilla son los hijos del reino. La cizaña son los hijos del maligno,39y el enemigo que las sembró es el diablo. La cosecha es el fin del mundo, y los cosechadores son los ángeles.40De este modo, mientras la cizaña es juntada y quemada con fuego, en el fin del mundo.41El Hijo del Hombre enviará a Sus ángeles, y ellos recogerán de su reino a todos los que causan el pecado, y a aquellos que cometieron iniquidad.42Entonces ellos serán arrojados al horno de fuego, donde habrá llanto y crujir de dientes.43Entonces las personas justas brillarán como el sol en el reino de su Padre. Aquel que tiene oídos, oigan.44El reino del cielo es como un tesoro escondido en el campo. Un hombre lo encontró y lo escondió. En su gozo va, vende todo lo que posee, y compra ese campo.45De nuevo, el reino del cielo es como un hombre que es un mercader y está buscando perlas valiosas.46Cuando encontró una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que poseía y la compró.47De nuevo, el reino del cielo es como una red la cual se lanza en el mar, y recoge todo tipo de peces.48Cuando está llena, los pescadores la arrastran hasta la playa. Entonces sentados, recolectan los buenos en canastas, pero los malos los arrojan fuera.49De esta forma en el fin del mundo. Los ángeles vendrán y separarán a los malvados de entre los justos,50y ellos los arrojarán al horno de fuego, donde habrá llanto y crujir de dientes.51¿Han entendido todas estas cosas?" Los discípulos le dijeron: "Sí."52Entonces Jesús les dijo a ellos: "todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino del cielo, es como un hombre que es dueño de una casa, el cual saca cosas viejas y cosas nuevas de su tesoro."53Entonces vino a ser que cuando Jesús terminó estas parábolas, Él se fue de aquel lugar.54Entonces Jesús entró a su propia región y enseñó a las personas en su sinagoga. El resultado fue que ellos quedaron atónitos y dijeron: "¿De dónde este hombre saca su sabiduría y estos milagros?55¿No este hombre el hijo del carpintero? ¿No es su madre María? ¿Y sus hermanos no son Santiago, José, Simón y Judas?56¿Y sus hermanas, no están todas entre nosotros? Así que, ¿de dónde este hombre saca todas estas cosas?"57Ellos estaban ofendidos, pero Jesús les dijo: "Un profeta no es sin honra, excepto en su propio tierra y en su propia familia."58Y no hizo muchos milagros allí por causa de su incredulidad.
1Por aquel tiempo Herodes el tetrarca escuchó las noticias sobre Jesús.2Él dijo a sus sirvientes: "Este es Juan el Bautista; que ha resucitado de los muertos. Por eso estos poderes están obrando en Él."3Porque Herodes había tomado a Juan; lo encadenó y lo metió en prisión, por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe.4Pues Juan le había dicho: "No te es lícito tenerla a ella como esposa."5Herodes le hubiera dado muerte, pero le temía al pueblo, porque lo consideraban como un profeta.6Pero cuando llegó el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio y le plació a Herodes.7En respuesta, él le prometió con juramento darle cualquier cosa que ella pidiera.8Después de haber sido instruida por su madre, ella le dijo: "Dame, en un plato, la cabeza de Juan el Bautista."9El rey estaba muy triste por su pedido, pero a causa de su juramento, y por causa de todos en la cena con él, él ordenó que eso fuera hecho.10Ordenó decapitar a Juan en la prisión.11Entonces su cabeza le fue traída en un plato y entregada a la niña, y ella se la llevó a su madre.12Entonces sus discípulos vinieron, levantaron el cuerpo y lo enterraron. Luego de esto, fueron y le dijeron a Jesús.13Cuando Jesús escuchó esto, se retiró de allí a un lugar aislado. Cuando la multitud oyó de esto, lo siguieron a pie desde las ciudades.14Entonces Jesús vino ante ellos, y vio la gran multitud. Él tuvo compasión de ellos y sanó los enfermos.15Cuando la noche llegó, los discípulos vinieron a Él y le dijeron: "Este es un lugar desierto, y el día ya ha terminado. Despide a esta multitud, para que vayan a las aldeas y compren comida para ellos."16Pero Jesús les dijo: "Ellos no tienen necesidad de irse. Denle ustedes algo de comer."17Ellos le dijeron: "Nosotros tenemos aquí más que cinco hogazas de pan y dos peces."18Jesús dijo: "Tráiganmelos a mí."19Entonces Jesús ordenó a la multitud que se sentara en la hierba. Él tomó las cinco hogazas y los dos peces. Mirando arriba al cielo, Él bendijo y partió las hogazas de pan y las dio a los discípulos. Los discípulos la repartieron a la multitud.20Ellos todos comieron, y estaban saciados. Entonces recogieron lo que quedó de los pedazos hasta llenar doce canastas.21Aquellos que comieron fueron como cinco mil hombres, además de las mujeres y niños.22Inmediatamente Él hizo que sus discípulos se montaran en la barca y se fueran antes que Él al otro lado, mientras Él mismo despedia a la multitud.23Después de despedir la multitud, Él subió al monte a orar. Cuando llegó la noche, Él estaba allí solo.24Pero la barca estaba en el medio del mar, azotada por las olas, porque el viento era contrario.25A la cuarta vigilia de la noche, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el mar.26Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el mar, estaban aterrorizados y dijeron: "Es un fantasma", y gritaron de miedo.27Pero Jesús les habló en seguida y dijo: "¡Sean valientes! ¡Soy Yo! ¡No tengan miedo!"28Entonces Pedro le respondió y dijo: "Señor, si eres tú, ordéname que vaya a ti sobre las aguas."29Jesús dijo:" Ven." Así que Pedro salió de la barca y caminó sobre las aguas para llegar a Jesús.30Pero cuando vio el fuerte viento, tuvo miedo. Mientras se hundía, gritó: " ¡Señor, sálvame!"31Jesús inmediatamente estiró su mano, y agarró a Pedro y le dijo: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?"32Entonces cuando Jesús y Pedro subieron a la barca y el viento cesó de soplar.33Entonces los discípulos en la barca adoraban a Jesús y decían: "Verdaderamente eres el Hijo de Dios."34Cuando habían cruzado, llegaron a la tierra de Genesaret.35Cuando los hombres en aquel lugar reconocieron a Jesús, enviaron mensajes por todos lados en el área de alrededor, y entonces les trajeron a Él todos los que estaban enfermos.36Ellos le suplicaban que les dejara tocar sólo el borde de su vestidura, y tantos como lo tocaban eran sanados.
1Entonces algunos Fariseos y escribas vinieron a Jesús desde Jerusalén; y le dijeron:2"¿Por qué Tus discípulos violan las tradiciones de los ancianos? Pues ellos no se lavan sus manos cuando van a comer."3Jesús les contestó diciendo: " Y ustedes, ¿Por qué violan los mandamientos de Dios a causa de sus tradiciones?4Porque Dios dijo: "HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE,' y 'AQUEL QUIEN HABLE MAL DE SU PADRE O SU MADRE, SEGURAMENTE MORIRÁ.'5Pero ustedes dicen: 'Cualquiera que diga a su padre o madre, "Cualquier ayuda que tú podrías recibir de mí es ahora una ofrenda a Dios", esta persona no necesita honrar a sus padres."6De esta manera ustedes invalidaron la palabra de Dios por causa de sus tradiciones.7Ustedes hipócritas, bien dijo Isaías cuando profetizó acerca de ustedes,8'ESTAS PERSONAS ME HONRAN CON SUS LABIOS, MAS SU CORAZÓN ESTÁ LEJOS DE MÍ.9ELLOS HACEN CULTO HACIA MÍ EN VANO, PORQUE ENSEÑAN COMO DOCTRINAS, MANDATOS DE HOMBRE."10Entonces, él llamando a la multitud, les dijo: "Escuchen y entiendan,11nada de lo que entra en la boca contamina a la persona. Más bien, lo que sale de la boca, eso es lo que contamina la persona."12Entonces los discípulos vinieron a Jesús y le dijeron : ¿Sabes que los Fariseos se ofendieron cuando escucharon esta palabra?13Jesús les contestó y dijo: "Toda planta que mi Padre celestial no ha sembrado, será arrancada.14Apártense de ellos; ellos son guías ciegos. Si un ciego guía a otro ciego, ambos van a caer en un hoyo."15Pedro respondió y dijo a Jesús: "Explícanos esta parábola a nosotros."16Jesús les dijo: "¿Aún ustedes continúan sin entender?17¿No ven ustedes que cualquier cosa que entra a su boca pasa a su vientre y es echado fuera en la letrina?18Pero las cosas que salen de su boca provienen del corazón. Estas son las cosas que contaminan a la persona.19Del corazón provienen las cosas malas, los asesinatos, el adulterio, la inmoralidad sexual, el robo, el falso testimonio y los insultos.20Estas son las cosas que contaminan a la persona. Pero comer con las manos sin ser lavadas no contamina la persona."21Entonces Jesús se apartó de ellos y se dirigió a las regiones de Tiro y Sidón.22Entonces, una mujer Cananea salió de esa región, y comenzó a gritar diciendo: "Ten misericordia de mí, Señor, hijo de David; mi hija está siendo atormentada por un demonio."23Pero, Jesús no respondió palabra alguna. Sus discípulos vinieron y le rogaron diciendo: "Dile que se vaya, porque sigue dando gritos tras nosotros."24Pero Jesús contestó y dijo: "Yo no fui enviado a nadie excepto a las ovejas perdidas de la casa de Israel."25Pero ella se acercó y se postró a sus pies, diciendo: "Señor, ayúdame."26Él contestó y dijo: "No es correcto tomar el pan de los hijos y tirárselo a los perrillos."27Ella dijo: "Sí, Señor, pero los perrillos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos."28Entonces Jesús contestó y le dijo: " Mujer, grande es tu fe. Te será hecho según tu deseo." Y su hija fue sanada en esa hora.29Jesús dejó aquel lugar y se dirigió cerca del mar de Galilea. Entonces subió a una colina y se sentó allí.30Se le acercó mucha gente; traían con ellos cojos, ciegos, mudos, mancos, gente lisiada y otros muchos enfermos. Ellos los presentaban a los pies de Jesús, y Él los sanaba.31Sucedía que la muchedumbre se maravillaba viendo a los mudos hablar, a los lisiados sanados, a los cojos andando y a los ciegos viendo. Y glorificaban al Dios de Israel.32Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Tengo compasión por la muchedumbre, porque me han seguido por tres días y no tienen qué comer. No quiero despedirlos sin comer, de modo que no desfallezcan en el camino ."33Los discípulos le dijeron: " ¿Dónde podremos conseguir suficientes panes, para alimentar a una muchedumbre tan grande en un lugar desierto como éste?"34Jesús les dijo: " ¿Cuántos panes tienen ustedes? Ellos dijeron: " Siete, y varios peces pequeños."35Entonces Jesús mandó a la muchedumbre a sentarse en el suelo.36Él tomó los siete panes y los peces, y luego de dar gracias, los partió y se los entregó a los discípulos. Ellos a su vez lo repartieron a la muchedumbre.37Todas las personas comieron y fueron satisfechas. Luego ellos recogieron los pedazos que sobraron, llenando siete cestas.38Los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y niños.39Entonces Jesús despidió a la muchedumbre y se fue en un bote a la región de Magdala.
1Los Fariseos y Saduceos vinieron a Él y lo probaron pidiéndole que les mostrara una señal del cielo.2Pero Él contestó y dijo: "Cuando es de tarde, ustedes dicen: 'Estará despejado, porque el cielo está rojizo.'3Y por la mañana ustedes dicen: 'Habrá mal tiempo, porque el cielo está rojizo y amenazador'. Ustedes saben como interpretar la apariencia del cielo, pero no pueden interpretar las señales de los tiempos.4Una generación malvada y adúltera busca una señal, pero ninguna señal le será dada excepto la señal de Jonás." Entonces Jesús los dejó y se fue.5Los discípulos vinieron al otro lado, pero olvidaron llevar pan.6Jesús les dijo: "Pongan atención y tengan cuidado de la levadura de los Fariseos y Saduceos."7Los discípulos comentaban entre sí y dijeron: "Es porque no llevamos pan."8Jesús estaba atento de esto y dijo: "Ustedes hombres de poca fe, ¿por qué dicen entre ustedes que es porque no han llevado pan?9¿Todavía no entienden ni recuerdan los cinco panes para los cinco mil, y cuántas canastas ustedes reunieron?10¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y cuántas canastas recolectaron?11¿Cómo es que ustedes no entienden que Yo no estaba hablándoles acerca de la levadura? Sino de tener cuidado de la levadura de los Fariseos y Saduceos."12Entonces entendieron que Él no estaba hablándoles sobre cuidarse de la levadura en el pan, sino de tener cuidado de las enseñanzas de los Fariseos y Saduceos.13Ahora cuando Jesús llegó a las partes de Cesarea de Filipo, Él preguntó a Sus discípulos, diciendo: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?"14Ellos dijeron: "Algunos dicen Juan el Bautista; algunos, Elías; y otros, Jeremías, o uno de los profetas." Él les dijo:15"Pero, ¿quién dicen ustedes que soy Yo?"16Contestando, Simón Pedro dijo: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente."17Jesús respondió y le dijo: "Bendito eres, Simón hijo de Jonás, porque carne y sangre no te revelaron esto, sino Mi Padre que está en el cielo.18También te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca construiré Mi iglesia; las Puertas del Hades no prevalecerán contra ella.19Yo te daré las llaves del reino de los cielos. Cualquier cosa que tú ates en la tierra será atada en el cielo, y cualquier cosa que desates en la tierra será desatada en el cielo."20Entonces Jesús ordenó a sus discípulos que no debían decirle a nadie que Él era el Cristo.21Desde ese tiempo Jesús comenzó a decirle a Sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas a manos de los ancianos y los principales sacerdotes y escribas, ser asesinado, y ser resucitado en el tercer día.22Entonces Pedro lo tomó a un lado y lo amonestó, diciendo: "Que esto esté lejos de Ti, Señor; que esto nunca te pase."23Pero Jesús se volvió y le dijo a Pedro: "¡Apártate de Mí, Satanás! Eres una piedra de tropiezo para Mí, porque no tienes cuidado de las cosas de Dios, sino de las cosas de los hombres."24Entonces dijo Jesús a Sus discípulos: "Si alguno quiere seguirme, debe negarse a sí mismo, tomar su cruz, y seguirme.25Porque quien quiera salvar su vida la perderá, y quien pierda su vida por Mi causa la encontrará.26Porque ¿qué aprovecha una persona si gana el mundo entero pero pierde su vida?¿Qué puede dar una persona a cambio de su vida?27Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de Su Padre con Sus ángeles. ENTONCES ÉL PAGARÁ A CADA PERSONA DE ACUERDO A SUS ACCIONES.28De verdad les digo, hay algunos de ustedes que están aquí, que no van a probar la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre viniendo en Su reino.
1Seis días después, Jesús tomó con Él, a Pedro, y a Jacobo (Santiago), y a Juan su hermano, y solos subieron a un monte alto.2Él se transfiguró ante ellos. Su rostro brilló como el sol y Sus vestiduras se volvieron tan brillantes como la luz.3He aquí, con ellos aparecieron Moisés y Elías hablando con Él.4Pedro respondió y le dijo a Jesús: "Señor, es bueno que estemos aquí. Si deseas, haré tres enramadas, una para Ti, un para Moisés y otra para Elías".5Mientras Él aún hablaba, he aquí, una nube brillante los ensombreció, y se escuchó una voz saliendo de la nube diciendo: "Este es Mi Hijo amado, en quien estoy complacido, escúchenlo".6Cuando los discípulos lo oyeron, cayeron sobre sus rostros y tuvieron mucho miedo.7Entonces Jesús vino y los tocó y dijo: "Levántense y no tengan miedo".8Entonces ellos miraron arriba y no vieron a nadie, excepto a Jesús.9Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó, diciendo: "No le digan nada a nadie de esta visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos".10Sus discípulos le preguntaron, diciendo: "¿Por qué entonces los escribas dicen que Elías debe venir primero?"11Jesús respondió y dijo: "Elías de seguro viene y restaurará todas las cosas.12Pero yo les digo, Elías ya vino, pero no lo reconocieron; en su lugar hicieron lo que quisieron con él. De la misma manera, el Hijo del Hombre también sufrirá en sus manos."13Entonces los discípulos entendieron que Él estaba hablándoles de Juan el Bautista.14Cuando llegaron a la multitud, un hombre se le acercó, se arrodilló frente a Él, y le dijo:15"Señor, ten piedad de mi hijo, porque es epiléptico y sufre severamente. Él a menudo se cae en el fuego o en el agua.16Yo lo llevé a Tus discípulos, pero ellos no pudieron curarlo."17Jesús respondió y dijo: "Generación incrédula y corrupta, ¿cuánto más Me tendré que quedar con ustedes? ¿Cuánto más debo soportarles? Tráiganlo aquí."18Jesús lo reprendió y el demonio salió de él. El muchacho fue curado desde esa hora.19Entonces los discípulos vinieron a Jesús en privado y dijeron: "¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?"20Jesús les dijo: "Por su poca fe. Porque Yo de cierto les digo, si tuvieran fe aunque fuera tan pequeña como un grano de mostaza, ustedes podrían decirle a esta montaña: 'Quítate de aquí y ve allá', y se movería. Nada sería imposible para ustedes.21Pero esta clase de demonio no se va excepto con oración y ayuno."22Mientras ellos estaban en Galilea, Jesús le dijo a Sus discípulos: "El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres,23y ellos lo matarán, y al tercer día resucitará." Los discípulos se pusieron muy tristes.24Cuando llegaron a Capernaúm, los hombres que recaudaban los impuesto del templo vinieron a Pedro y dijeron: "¿Acaso tu Maestro no paga el impuesto del templo?"25Él dijo: "Sí." Pero cuando Pedro entró a la casa, Jesús habló primero con él y le dijo: "¿Qué opinas, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes ellos reciben impuesto o tributo? ¿De sus súbditos o de extranjeros?"26Cuando Pedro dijo: "De los extranjeros", Jesús le dijo: "Entonces los súbditos son libres de pagar.27Pero para no escandalizar a los cobradores de impuestos, ve al mar, arroja un gancho, y agarra al pez que venga primero. Cuando le hayas abierto la boca, vas a encontrar una moneda. Tómalo y entrégaselo a los cobradores de impuestos por Mí y por ti."
1En aquel tiempo los discípulos vinieron hacia Jesús y dijeron: "¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?"2Jesús llamó a un niño para que viniera hacia Él y lo colocó entre ellos3y dijo: "De verdad les digo, al menos que ustedes cambien y se conviertan como niños, de ninguna manera entrarán al reino de los cielos.4Así que cualquiera que se humilla como este niño, será el más grande en el reino de los cielos.5Y cualquiera que recibe a un niño como éste en Mi nombre, a Mí me recibe.6Y cualquiera que cause que uno de estos pequeños que cree en MÍ peque, sería mejor para él que una gran piedra de molino fuera atada a su cuello, y que fuera lanzado a las profundidades de la mar.7¡Ay del mundo por los tropiezos! Porque es inevitable que esos tropiezos vengan; pero, ¡ay de la persona por quien esos tropiezos vienen!8Si tu mano o tu pie te hace tropezar, córtalo y tíralo lejos de ti. Es mejor para ti que entres a la vida mutilado o cojo, que ser tirado en un fuego eterno teniendo las dos manos o los dos pies.9Si tu ojo te hace tropezar, arráncalo y tíralo lejos de ti. Es mejor para ti que entres a la vida con un solo ojo, que ser tirado en el fuego eterno teniendo ambos ojos.10Miren que no desprecien a ninguno de estos pequeños. Porque Yo les digo que en el cielo, Sus ángeles siempre miran el rostro de mi Padre quien está en los cielos.11Porque el Hijo del Hombre vino a salvar lo que estaba perdido.12¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no dejará él las noventa y nueve en el rebaño y va a buscar la oveja que se perdió?13Y si él la encuentra, de verdad les digo que se regocijará más por ésta, que por las noventa y nueve que no se perdieron.14De la misma manera, no es la voluntad de tu Padre que está en los cielos que uno de estos pequeños perezca.15Si tu hermano peca contra ti, ve y muéstrale su falta a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano.16Pero si no te escucha, lleva contigo uno o dos hermanos más, para que así por la boca de dos o tres testigos, cada palabra pueda ser verificada.17Y si él se niega a escucharlos, di el asunto a la iglesia. Y si él rehúsa escuchar a la iglesia, que sea para ti como un gentil o un recaudador de impuestos.18De verdad les digo, que todas las cosas que aten en el mundo, serán atadas en el cielo. Y todas las cosas que desaten en el mundo, será desatado en el cielo.19Aún más les digo, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra sobre cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.20Porque donde están dos o tres reunidos en Mi nombre, ahí estoy Yo en medio de ellos."21Después Pedro vino y dijo a Jesús: "Señor, ¿cuántas veces mi hermano pecará contra mí y yo lo perdonaré? ¿Hasta siete veces?"22Jesús le dijo: "Yo no te digo siete veces, sino hasta setenta veces siete."23Por tanto, el reino de los cielos es similar a cierto rey que quería ajustar las cuentas con sus siervos.24Al comenzar a ajustarlas, le fue traído un siervo, que le debía diez mil talentos.25Pero como él no tenía con qué pagar, su señor le ordenó que lo vendieran junto con su esposa e hijos y todo lo que tenía, y que así hiciera el pago.26Entonces el siervo cayó, se postró ante él y le dijo: 'Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo.'27Y el señor de aquel siervo, tuvo compasión, lo soltó y le perdonó la deuda.28Pero aquel siervo fue y encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios. El siervo agarró al consiervo, lo tomó por el cuello y dijo: 'Págame lo que me debes.'29Pero su compañero cayó y rogó a él diciendo: 'Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo.'30Pero el primer siervo rehusó y en vez, él fue y lo tiró en la cárcel, hasta que el consiervo le pagará lo que le debía.31Cuando los demás consiervos vieron lo que sucedió, se pusieron bien tristes; vinieron y dijeron a su señor todo lo que había pasado.32Entonces el señor de aquel siervo lo llamó y le dijo: 'Siervo malvado, te perdoné todo lo que me debías porque me rogaste.33¿No deberías haber tenido misericordia de tu consiervo, tanto como yo he tenido misericordia de ti?'34Su señor se enojó y lo entregó a los torturadores hasta que él pudiera pagar todo lo que él debía.35Así también mi Padre celestial hará con ustedes, si no perdonan con su corazón cada uno a su hermano.
1Aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, salió de Galilea, y llego a la frontera de Judea, más allá del Río Jordán.2Grandes multitudes le seguían, y allí Él los sanaba.3Los Fariseos vinieron a Él para probarle y le dijeron: "¿Es permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier razón?"4Jesús les contestó y dijo: "¿Ustedes no han leído que en el principio DIOS LOS CREÓ HOMBRE Y MUJER?5¿Y que también Él dijo: 'POR ESTA RAZÓN UN HOMBRE DEJARÁ A SU PADRE Y A SU MADRE Y SE UNIRÁ A SU ESPOSA, Y LOS DOS SE CONVERTIRÁN EN UNA SOLA CARNE'?6Entonces ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido, no dejen que nadie lo separe".7Ellos Le dijeron: "Pues, ¿por qué Moisés MANDO QUE DEMOS UN CERTIFICADO DE DIVORCIO PARA LUEGO REPUDIARLA?8"Él les dijo: "Por la dureza de su corazón, Moisés les permitió divorciarse de sus mujeres, pero en el principio no era así.9Yo les digo que cualquiera que se divorcie de su esposa, excepto por inmoralidad sexual, y se casa con otra, comete adulterio; y el hombre que se casa con una mujer divorciada, comete adulterio".10Los discípulos le dijeron a Jesús: "Si ese es el caso de un hombre y su esposa, no es bueno casarse".11Pero Jesús les dijo: "No todos pueden aceptar esta enseñanza, sino solamente aquellos que se les permite recibirla".12Porque hay eunucos que nacieron así desde el vientre de su madre. Y hay otros eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres. Y hay eunucos que se hicieron ellos mismos eunucos a causa del reino de los cielos. El que pueda recibir esta enseñanza, que la reciba."13Entonces Le trajeron unos niños para que Él pusiera sus manos sobre ellos y orara; pero los discípulos los reprendian.14Pero Jesús les dijo: "Permitan a los niños venir a Mí, y no se los impidan, porque el reino de los cielos les pertenece a ellos."15Y Él puso Sus manos sobre ellos, y luego salió de allí.16Entonces, un hombre vino a Jesús y dijo: "Maestro, ¿qué cosa buena tengo que hacer para tener vida eterna?"17Jesús le dijo: "¿Por qué me preguntas lo que es bueno? Solo Uno es bueno, pero si tú deseas entrar en la vida, guarda los mandamientos."18El hombre le dijo: "¿Cuáles mandamientos?" Jesús dijo: "NO MATARÁS; NO COMETERÁS ADULTERIO; NO ROBARÁS; NO DIRÁS FALSO TESTIMONIO;19HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE; Y AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO."20El muchacho le dijo: " Todas esas cosas las he obedecido; ¿qué más necesito?"21Jesús le dijo: "Si tú deseas ser perfecto, ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo. Después ven, y sígueme."22Pero cuando el joven oyó lo que Jesús dijo, se fue triste, porque él tenía grandes posesiones."23Jesús dijo a sus discípulos: "A la verdad les digo, es difícil que un hombre rico entre al reino de los cielos.24Otra vez les digo, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico entre al reino de Dios."25Cuando los discípulos oyeron esto, se quedaron sorprendidos y dijeron: "¿Quién podrá ser salvo?26"Jesús los miró y dijo: "Para la gente esto es imposible, pero para Dios todo es posible."27Entonces Pedro contestó y le dijo: "Mira, nosotros dejamos todo para seguirte; entonces, ¿qué tendremos nosotros?28Jesús les dijo: "A la verdad les digo, a ustedes que me han seguido, en la regeneración de las cosas, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de Su gloria, ustedes también se sentarán sobre doce tronos, juzgando las doce tribus de Israel.29Todos aquellos que dejado sus casas, sus hermanos, sus hermanas, su padre, su madre, hijos, o su tierra por causa de Mi nombre, recibirán cien veces más y heredarán la vida eterna.30Pero muchos que son primeros ahora serán últimos, y muchos que son últimos serán primeros.
1Porque el reino de los cielos es como un dueño de tierras que salió temprano en la mañana a contratar trabajadores para su viña.2Después de acordar con los trabajadores pagarles un denario por día, los envió a su viña.3Volvió a salir cerca de la hora tercera y vio a otros trabajadores desocupados en el mercado.4A esos les dijo: 'Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo.' Así que ellos se fueron a trabajar.5De nuevo salió cerca de la hora sexta, y nuevamente a la hora novena, e hizo lo mismo.6Otra vez salió cerca de la hora undécima y encontró a otros desocupados. Les dijo: '¿Por qué están aquí, ociosos todo el día?'7Ellos le dijeron: 'Porque nadie nos ha contratado.' Él les dijo: 'Vayan ustedes también a la viña.'8Cuando llegó la noche, el dueño de la viña le dijo a su mayordomo: 'Llama a los trabajadores y págales su salario, comenzando desde el último hasta el primero.'9Cuando vinieron los trabajadores que habían sido contratados a la hora undécima, cada uno recibió un denario.10Al llegar los primeros trabajadores, pensaron que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno.11Cuando recibieron sus salarios, se quejaron del dueño de la propiedad.12Dijeron: 'Estos últimos trabajadores sólo han trabajado una hora, pero tú los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga del día y el calor que quema.'13Pero el dueño respondió, diciendo a uno de ellos: 'Amigo, yo ningún mal te hago. ¿Acaso no acordamos un denario?14Recibe lo que te corresponde y sigue tu camino; a mí me place dar a estos últimos trabajadores contratados exactamente lo mismo que a ti.15¿No es legítimo que haga lo que quiero con mis pertenencias? ¿O tienes envidia porque yo soy bueno?16Así que los últimos serán primeros, y los primeros, serán últimos."17Mientras Jesús subía a Jerusalén, tomó aparte a los doce, y en el camino les dijo:18"Vean, subiremos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas. Ellos Lo condenarán a muerte19y Lo entregarán a los Gentiles para que Lo ridiculicen, Le den latigazos y Lo crucifiquen. Pero al tercer día resucitará."20Entonces la madre de los hijos de Zebedeo vino a Jesús con sus hijos. Ella se postró ante Él y le pidió que le concediera algo.21Jesús le dijo: "¿Qué deseas?" Ella Le dijo: "Ordena que estos dos hijos míos se sienten, uno a Tu derecha y otro a Tu izquierda, en Tu reino."22Pero Jesús respondió y dijo: "Ustedes no saben lo que están pidiendo. ¿Son ustedes capaces de beber la copa que estoy a punto de beber?" Ellos Le dijeron: "Somos capaces."23Él les dijo: "Sin duda, beberán Mi copa. Pero el sentarse a Mi mano derecha y a Mi mano izquierda no es Mío para darlo, sino que es para aquellos para los cuales ha sido preparado por Mi Padre."24Cuando los otros diez discípulos escucharon esto, se disgustaron mucho con los dos hermanos.25Pero Jesús los llamó hacia Él y les dijo: "Ustedes saben que los gobernantes de los Gentiles los someten, y sus hombres importantes ejercen autoridad sobre ellos.26Pero no debe ser así entre ustedes. Más bien, el que quiera ser grande entre ustedes debe ser su servidor,27y el que quiera ser primero entre ustedes deberá ser su siervo.28Así como el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir, y a dar su vida en rescate por muchos."29Mientras salían de Jericó, Le siguió una gran multitud.30Y vieron que dos ciegos estaban sentados junto al camino. Cuando oyeron que Jesús pasaba por allí, gritaron, diciendo: "¡Señor, Hijo de David, ten piedad de nosotros!"31Pero la multitud los reprendió, diciéndoles que callaran. Sin embargo, ellos gritaban más, diciendo: "¡Señor, Hijo de David, ten piedad de nosotros!"32Entonces Jesús se detuvo y los llamó y dijo: "¿Qué quieren que haga por ustedes?"33Ellos le dijeron: "Señor, que nuestros ojos sean abiertos."34Entonces Jesús, movido a compasión, tocó sus ojos. Inmediatamente ellos recibieron su vista y lo siguieron.
1Entonces Jesús y sus discípulos estaban cerca a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al Monte de los Olivos, entonces Jesús envió a dos discípulos,2diciendo: " Vayan a la próxima aldea que está cerca e inmediatamente encontrarán un asna atada allí y un pollino con ella. Desátenlos y traiganlos.3Si alguien les dice algo sobre esto, ustedes le dirán, "El Señor las necesita", y esa persona inmediatamente las enviará con ustedes."4Esto sucedió para que lo que fue dicho por el profeta se cumplirá. Él dijo:5"DILE A LA HIJA DE SIÓN: MIRA, TU REY VIENE A TI, HUMILDE Y MONTADO EN UN BURRO, EN UN POLLINO, HIJO DE ASNA."6Entonces los discípulos fueron e hicieron como Jesús les había instruido.7Trajeron un asna y un pollino, pusieron sus aparejos sobre ellos , y Jesús lo montó.8La mayoría de la multitud tendieron sus mantos en el camino, y otros cortaban ramas y las tendían en el camino.9Las multitudes que iban antes que Jesús y aquellos que lo seguían, gritaban, diciendo: "¡HOSANNA AL HIJO DE DAVID!, ¡BENDECIDO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR. HOSANNA EN LAS ALTURAS!"10Cuando Jesús entró a Jerusalén, toda la ciudad se agitó y dijo: "¿Quién es éste?"11Y la multitud contestó diciendo:, "Éste es Jesús el profeta de Nazaret en Galilea."12Entonces Jesús entró al templo de Dios. Él sacó a todos lo que compraban y vendían en el templo. Él también volcó las mesas de los que cambiaban dinero y las sillas de aquellos que vendían palomas.13Él les dijo: "Escrito está: 'MI CASA SERÁ LLAMADA CASA DE ORACIÓN'; PERO USTEDES LA HAN HECHO UNA CUEVA DE LADRONES."14Entonces los ciegos y los cojos vinieron a él en el templo, y Él los sanó.15Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que él hizo, y escucharon a los muchachos gritar en el templo y diciendo: "Hosanna al hijo de David", ellos se indignaron.16Y le dijeron: " ¿Escuchas lo que está diciendo esta gente?" Jesús les respondió: " ¡Sí! ¿Pero nunca han leído: 'DE LA BOCA DE LOS PEQUEÑOS Y DE LOS NIÑOS DE PECHO HAS PERFECCIONADO ALABANZA'?"17Entonces Jesús los dejó y fue a la ciudad de Betania y durmió allí.18Por la mañana, mientras regresaba a la ciudad, tuvo hambre.19Vio una higuera al lado del camino; fue a donde ella, pero no encontró nada excepto hojas. Entonces le dijo: "No saldrá más fruto de ti". Inmediatamente la higuera se secó.20Cuando los discípulos vieron esto, se asombraron y le dijeron: "¿Cómo es que esa higuera se secó inmediatamente?"21Jesús respondió y les dijo: "Verdaderamente Yo les digo, que si ustedes tienen fe y no dudan, no solamente harán lo que Yo hice con este árbol de higuera, sino que le dirán a este monte, 'Quítate y arrójate al mar', y así mismo será hecho.22Todo lo que pidas en oración creyendo, lo recibirán".23Cuando Jesús fue al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo vinieron a él mientras enseñaba y dijeron: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te dio esta autoridad?"24Jesús les contestó y dijo: "Yo también les haré una pregunta. Si me dicen, les diré de igual manera con que autoridad Yo hago estas cosas.25El bautismo de Juan, ¿de dónde proviene, del cielo o de los hombres?" Ellos discutieron entre sí, diciendo: "Si nosotros decimos, 'del cielo', Él nos dirá: '¿Por qué no creyeron en él?'26Pero si decimos: de los hombres, tememos a la multitud, porque ellos ven a Juan como un profeta."27Entonces ellos contestaron a Jesús diciendo: "Nosotros no sabemos". Él también les dijo: "Yo tampoco les diré con qué autoridad yo hago estas cosas.28Pero, ¿qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Él fue al primero y le dijo: 'Hijo, ve y trabaja hoy en el viñedo'.29El hijo le contestó y dijo: 'Yo no iré', pero después cambió de opinión y fue.30Y el hombre fue a su segundo hijo y le dijo lo mismo. Este hijo contestó y dijo: 'Sí señor, yo iré,' pero no fue.31¿Cuál de estos hijos hizo la voluntad de su padre? Ellos dijeron: 'el primero.' " Jesús les dijo: "Ciertamente Yo les digo, que los cobradores de impuestos y las prostitutas entrarán al reino de Dios primero que ustedes.32Pues Juan vino a ustedes en camino de justicia, pero ustedes no le creyeron; mientras que los recaudadores de impuestos y prostitutas creyeron en él. Y ustedes, cuando vieron esto, no se arrepintieron para creerle.33Escuchen otra parábola. Había un hombre, una persona con una gran extensión de tierra. El plantó un viñedo, creó un seto alrededor, cavó en ella un lagar, construyó una torre de vigilancia, y la arrendó a unos cultivadores de uvas. Entonces se fue a otro país.34Cuando el tiempo de la cosecha de las uvas estaba cerca, el envió a algunos sirvientes a los cultivadores a buscar sus frutos.35Pero los cultivadores tomaron a sus sirvientes, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon.36Una vez más, el dueño envió otros sirvientes, más que la primera vez, pero los cultivadores los trataron de la misma manera.37Después de esto, el dueño envió a su propio hijo a ellos, diciendo: 'Ellos respetarán a mi hijo.'38Pero cuando los cultivadores de uvas vieron el hijo, se dijeron entre sí: 'Este es el heredero; vengan, vamos a matarlo y tomemos su herencia.39Así que se lo llevaron, lo echaron fuera del viñedo, y lo mataron.40Ahora, cuando el dueño de la viña venga, ¿qué él le hará a esos cultivadores?"41La gente le decía: "Él destruirá a esos miserables hombres en la forma más severa, y arrendará el viñedo a otros labradores, hombres que le paguen por los frutos cuando éstas sean cosechadas".42Luego Jesús les dijo: "Acaso ustedes nunca han leído en las escrituras: 'LA PIEDRA QUE LOS CONSTRUCTORES RECHAZARON, SE HA CONVERTIDO EN LA PIEDRA ANGULAR. ESTO FUE DEL SEÑOR, Y ES MARAVILLOSO PARA NUESTROS OJOS'?43Por tanto les digo, El reino de Dios le será quitado y será dado a un pueblo que cultive sus frutos.44Cualquiera que caiga sobre esta piedra será hecho en pedazos. Y cualquiera sobre quien caiga la piedra será hecho polvo.45Cuando los principales sacerdotes y los Fariseos escucharon estas parábolas, vieron que estaba hablando de ellos.46Pero cada vez que trataban de poner las manos sobre Él, tenian miedo de la multitud, porque la gente lo veía como un profeta.
1Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo:2"El reino del cielo es como cierto rey que hizo una fiesta de bodas para su hijo.3Envió fuera a sus siervos a llamar aquellos que estaban invitados a venir a la fiesta de bodas, pero ellos no quisieron venir.4Otra vez el rey envió otros sirvientes, diciendo: 'Diles a los que han sido invitados: "He preparado mi cena. Mi buey y terneros gordos han sido matados, y todas las cosas están listas. Vengan a la fiesta de bodas."'5Pero aquellas personas no tomaron con seriedad su invitación. Algunos se fueron de vuelta a sus fincas, y otros regresaron a sus lugares de negocios.6Otros tomaron a los sirvientes del rey, los trataron vergonzosamente, y los mataron.7Entonces el rey se enojado. Él envió a sus ejércitos, mataron a esos asesinos, y quemaron su ciudad.8Entonces dijo a sus sirvientes: "La boda está lista, pero aquellos que fueron invitados no eran dignos.9Por lo tanto vayan a los cruces de caminos e inviten a la fiesta de bodas a tantas personas como ustedes puedan encontrar.10Los siervos fueron por los caminos y juntaron a toda la gente que encontraron, ambos, malos y buenos. Así que el salón de bodas estaba lleno de invitados.11Pero cuando el rey vino a ver los invitados, vio allí un hombre que no se había puesto un traje de boda.12El rey le dijo: 'Amigo, ¿cómo entraste aquí sin ropa de bodas?´ Y el hombre se quedó sin poder hablar.13Entonces el rey dijo a sus sirvientes: 'Aten a este hombre de manos y pies, y tírenlo en las tinieblas de afuera, donde habrá lloro y el crujir de dientes.´14Porque muchas personas son llamadas, pero pocas son escogidas."15Entonces los fariseos fueron y planificaron cómo podían atrapar a Jesús en su propia conversación.16Entonces lo enviaron sus discípulos, junto con los Herodianos. Ellos dijeron a Jesús: "Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con verdad. Que no te importa la opinión de nadie, y no muestras parcialidad entre las personas.17Así que dinos, ¿qué piensas? ¿Es legal pagar impuestos al César o no?"18Pero Jesús entendió su maldad y les dijo: "¿Por qué me están probando, hipócritas?19Enséñenme una moneda". Entonces le trajeron un denario.20Jesús les dijo: "¿De quién es esta imagen y nombre?"21Ellos le respondieron: "Del César". Entonces Jesús les dijo: "Entonces da al César las cosas que son del César y a Dios las cosas que son de Dios".22Cuando lo oyeron, se maravillaron. Entonces ellos lo dejaron y se fueron.23En ese día algunos de los Saduceos vinieron a Él, aquellos que dicen que no hay resurrección. Ellos le preguntaron,24"Maestro, Moisés dijo: 'Si un hombre muere, sin tener hijos, su hermano debe casarse con su esposa y tener un hijo para su hermano.'25Allí había siete hermanos. El primero se casó y murió, sin dejar hijos. Él dejó su esposa a su hermano.26Entonces al segundo hermano le pasó lo mismo, y al tercero, y así igual todos hasta el séptimo hermano.27Después de todos ellos, la mujer murió.28Ahora en la resurrección, ¿de quién será esposa la mujer de los siete hermanos? Porque todos la tuvieron."29Pero Jesús les contestó: "Ustedes están equivocados, porque no conocen las escrituras, ni el poder de Dios.30Porque en la resurrección no se casarán ni se darán en matrimonio, sino serán como ángeles en el cielo.31Pero concerniente a la resurrección de los muertos, ¿no han leído lo que les fue dicho a ustedes por Dios, diciendo:32'YO SOY EL DIOS DE ABRAHAM, DIOS DE ISAAC Y EL DIOS DE JACOB.'? Dios no es Dios de los muertos, sino de los vivos."33Cuando la multitud escuchó esto, estaban sorprendidos de su enseñanza.34Pero cuando los Fariseos oyeron que Jesús había hecho callar a los Saduceos, se reunieron.35Uno de ellos, intérprete de la ley, le hizo una pregunta, para probarlo:36"Maestro ¿cuál es el gran mandamiento de la ley?"37Jesús le dijo: "'AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN Y CON TODA TU ALMA Y CON TODA TU MENTE.'38Este es el gran y primer mandamiento.39Y el segundo mandamiento es parecido 'AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.'40De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas."41Ahora mientras los Fariseos aún estaban reunidos, Jesús les hizo una pregunta.42"¿Qué ustedes piensan sobre el Cristo? ¿De quién es Hijo?" Ellos le dijeron: "De David."43Entonces Jesús les dijo: "¿Cómo es que David hablando en el Espíritu lo llama Señor,44EL SEÑOR DIJO A MI SEÑOR: 'SIÉNTATE A MI MANO DERECHA, HASTA QUE PONGA A TUS ENEMIGOS DEBAJO DE TUS PIES'?45Si David entonces llama al Cristo 'Señor', ¿cómo puede ser hijo de David?"46Nadie fue capaz de contestarle palabra alguna, y nadie se atrevió a hacerle más preguntas desde ese día.
1Entonces Jesús le habló a la multitud y a sus discípulos.2Él dijo: "Los escribas y los Fariseos se sientan en la catedra de Moisés.3Por lo tanto cualquier cosa que ellos ordenan a ustedes hacer, hagan las y obsérvenlas. Pero no imiten sus actos, ya que ellos dicen cosas, pero entonces no las hacen.4Ellos atan cargas pesadas que son difíciles de cargar, y entonces las ponen en los hombros de los hombres. Pero ellos mismos no moverían un dedo para cargarlas.5Todos sus actos, los hacen para ser vistos por la gente. Pues ellos hacen sus filacterias anchas y agrandan los bordes de sus vestiduras.6Aman los mejores lugares en los banquetes y los mejores asientos en las sinagogas,7y saludos especiales en los mercados, y ser llamados 'Rabí' por la gente.8Pero ustedes no deben ser llamados 'Rabí', porque solo tienen un maestro, y todos ustedes son hermanos.9Y no llamen a ningún hombre en la tierra padre, porque ustedes solo tienen un Padre, y Él que está en el cielo.10Tampoco pueden ser llamados 'maestro´, ya que ustedes tienen un solo maestro, el Cristo.11Pero aquel que es más grande entre ustedes será su servidor.12Quienquiera que se exalta a sí mismo será humillado. Y cualquiera que se humilla a sí mismo será exaltado.13¡Pobre de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Ustedes cierran el reino del cielo en contra de las personas. Pues ustedes no entran ustedes mismos, y tampoco permiten a aquellos que están a punto de entrar, hacerlo.14¡Pobre de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Ustedes que despojan a las viudas.15¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Pues ustedes que van por mar y tierra para convertir a uno. Y cuando se ha convertido, lo hacen doblemente hijo del infierno al igual que ustedes.16Pobre de ustedes, ustedes guías ciegos, ustedes que dicen: ´Cualquiera que jure por el templo, no es nada. Pero cualquiera que jura por el oro del templo, ése está atado a su juramento.'17Ustedes tontos ciegos, ¿qué es más importante, el oro, o el templo que santifica el oro?18Y, ´Cualquiera que jura por el altar, no es nada. Pero cualquiera que jura por la ofrenda que está sobre él, se ata a su juramento.19Ciegos, ¿qué es más grande, la ofrenda o el altar que santifica la ofrenda?20Por lo tanto, aquel que jura por el altar, jura por todas las cosas que están en él.21Y aquel que jura por el templo, jura por él y por quien habita en él.22Y aquel que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Él que se sienta en él.23¡Pobre de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Pues ustedes diezman menta, eneldo y comino, pero han dejado de hacer los asuntos de más peso de la ley: justicia, misericordia y fe. Pero éstas debiste haber hecho, sin dejar de hacer las otras.24¡Ustedes guías ciegos, ustedes que cuelan el mosquito pero se tragan el camello!25¡Pobre de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Pues ustedes limpian por fuera el vaso y el plato, pero por dentro están llenos de robo y excesos.26Ustedes Fariseos ciegos, limpien primero por dentro el vaso y el plato, para que lo de afuera sea limpiado también.27¡Pobre de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Pues ustedes son como sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero dentro están llenos de huesos de muertos y toda cosa inmunda.28De la misma manera, ustedes también por fuera parecen justos ante hombres, pero están llenos de hipocresía e iniquidad.29¡Pobre de ustedes escribas y Fariseos, hipócritas! Pues ustedes construyen los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos.30Ustedes dicen: 'Si hubiéramos vivido en los tiempos de nuestros padres, nosotros no hubiéramos sido participantes con ellos en derramar la sangre de los profetas.'31Por lo tanto, ustedes testifican contra ustedes mismos que son hijos de quienes mataron a los profetas.32Ustedes terminen de llenar la cuota de los pecados de sus padres.33Serpientes, generación de víboras, ¿cómo van a escapar al juicio del infierno?34Por lo tanto, vean, Yo les envío a ustedes profetas, hombres sabios y escribas. A algunos de ellos ustedes los matarán y crucificarán. Y a otros los azotarán en sus sinagogas y perseguirán de ciudad a ciudad.35El resultado será que sobre ustedes vendrá toda la sangre de los justos derramada en tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías el hijo de Berequías, a quienes ustedes mataron entre el santuario y el altar.36Ciertamente Yo les digo a ustedes, que todas estas cosas ocurrirán a esta generación.37¡Jerusalén, Jerusalén, ustedes que matan los profetas y apedrean a aquellos que son enviados a ustedes! ¡Cuántas veces anhelé reunir a tus hijos, como las gallinas reúne a sus pollitos bajo sus alas, pero tú no quisiste!38Mira, tu casa es dejada abandonada.39Por lo que Yo les digo, ustedes no me verán más de ahora en adelante, hasta que digan: 'Bendito el que viene en nombre del Señor.'"
1Jesús salió del templo e iba en su camino. Sus discípulos se le acercaron para mostrarle los edificios del templo.2Pero Él contestó y les dijo: "¿Ustedes ven todas estas cosas? Verdaderamente Yo les digo, ni una piedra quedará sobre otra que no sea derribada."3Mientras, se sentó en el Monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron privadamente y dijeron: "Dinos, ¿cuándo pasarán estas cosas? ¿Cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?"4Jesús les contestó y les dijo: "Tengan cuidado que nadie los engañe.5Porque muchos vendrán en mi nombre. Ellos dirán: 'Yo soy el Cristo,' y guiarán muchos al engaño.6Ustedes oirán de guerras y rumores de guerras. Vean que no se atribulen, porque estas cosas tienen que pasar; pero todavía no es el fin.7Porque nación se levantará contra nación, y reino contra reino. Habrá hambrunas y terremotos en varios lugares.8Pero todo esto es solo el principio de dolores.9Entonces los entregarán a ustedes para tribulación y los matarán. Serán odiados por todas las naciones por mi nombre.10Entonces muchos se tambalearán y traicionarán los unos a los otros, y se odiarán unos a los otros.11Muchos falsos profetas se levantarán y guiarán a muchos al engaño.12Porque la iniquidad se multiplicará, se enfriará el amor de muchos.13Pero aquel que resista hasta el final, ése será salvo.14Este evangelio del reino será predicado en todo el mundo como testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin.15Por lo tanto, cuando ustedes vean la ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN, de la que habló el profeta Daniel, en el lugar santo, (el que lea entienda),16Los que están en Judea huyan a las montañas,17El que se encuentre en el techo de su casa, no baje a buscar nada en su casa,18y el que esté en el campo no regrese a buscar su capa.19Pero, ¡pobre de aquellas que están en cinta y las que estén lactando infantes en esos días!20Oren para que su huida no ocurra en el invierno, ni en el día de descanso.21Porque habrá gran tribulación, tal como no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni tampoco lo habrá.22A menos que aquellos días sean acortados, ninguna carne se salvará. Pero por el bien de los elegidos, aquellos días serán acortados.23Entonces si alguno les dijera a ustedes: 'Mira, ¡aquí está el Cristo!' o, '¡Allá está Cristo!' no lo creas.24Porque falsos cristos y falsos profetas vendrán y mostrarán grandes señales y maravillas, para engañar, si fuera posible, aún a los elegidos.25Miren, Yo se los he advertido con tiempo.26Por lo tanto, si te dicen, 'Mira, el Cristo está en el desierto,' no salgas. O, 'Mira, Él está en las habitaciones de adentro,' no lo creas.27Porque como el relámpago brilla del este y alumbra hasta el oeste, así será la venida del Hijo del Hombre.28Donde esté el cadaver, allí se reunirán los buitres.29Pero inmediatamente después de la tribulación de esos días el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos se sacudirán.30Entonces la señal del Hijo del Hombre aparecerá en el cielo, y todas las tribus de la tierra se lamentarán. Ellos verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes del cielo con poder y gran gloria.31Él enviará sus ángeles con un gran sonido de trompeta, y ellos reunirán a sus elegidos desde los cuatro vientos, de un extremo del cielo al otro.32Aprende una lección de higuera. Tan pronto la rama se pone tierna y salen sus hojas, ustedes saben que el verano está cerca.33Así también, cuando vean todas estas cosas, ustedes deberían saber que Él está cerca, a las puertas.34Verdaderamente les digo, esta generación no pasará, hasta que todas estas cosas hayan ocurrido.35El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras nunca pasarán.36Pero concerniente al día y la hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, tampoco el Hijo, sino solo el Padre.37Cómo fueron los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.38Porque como en aquellos días antes del diluvio ellos estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio hasta el día que Noé entró en el arca,39y no supieron nada hasta que el diluvio llegó y se los llevó a todos, así será la venida del Hijo del Hombre.40Entonces dos hombres estarán en un campo, uno será tomado el otro será dejado.41Dos mujeres estarán moliendo; una será tomada, y la otra será dejada.42Por lo tanto estén en su guardia, porque no sabes en qué día el Señor vendrá.43Pero sepan esto, si el amo de la casa supiera en qué hora el ladrón vendría, estaría en guardia y no permitiría que entrara en su casa.44Por lo tanto, ustedes también tienen que estar preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que ustedes no esperan.45Así que, ¿quién es el sirvo fiel, y prudente, a quien su amo le ha dejado encargado de su casa, para servirles la comida en el momento correcto?46Bendecido es aquel siervo, que cuando su amo llegue lo encuentre haciendo eso.47Verdaderamente Yo les digo que el amo lo pondrá a cargo de todo lo que posee.48Pero si un siervo malo dice en su corazón: 'Mi amo se ha retrasado,'49y empieza a golpear a sus compañeros y come y bebe con borrachos,50el amo de este sirviente llegará en un día que el siervo no espera, y a una hora que él no sabe.51Su amo lo castigará severamente y su destino, el mismo que el de los hipócritas, donde habrá llanto y crujir de dientes.
1Entonces el reino de los cielos es como diez vírgenes que tomaron sus lámparas y fueron a encontrarse con el novio.2Cinco de ellas fueron necias y cinco fueron sabias.3Pero cuando las vírgenes necias tomaron sus lámparas, no tomaron ningún aceite con ellas.4Pero las vírgenes sabias, tomaron frascos de aceite juntamente con sus lámparas.5Mientras el novio estuvo retrasado, a todas ellas les dio sueño y se durmieron.6Pero a medianoche hubo un clamor: '¡Miren, el novio! Salgan a encontrarse con él.'7Entonces todas las vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas.8Las necias les dijeron a las sabias: 'Dennos algo de su aceite porque a nuestras lámparas se les está acabando.'9Pero las sabias contestaron diciendo: 'No, no sea que no haya suficiente para nosotras y ustedes, vayan a los que venden y compren algo para ustedes mismas.'10Mientras ellas se fueron a comprar, el novio vino, y aquellas quienes estaban preparadas se fueron con él para la fiesta de matrimonio, y la puerta se cerró.11Luego, las otras vírgenes también vinieron y dijeron: 'Maestro, maestro, ábrenos.'12Pero Él contestó: Ciertamente les digo, yo no las conozco.13Velen pues, porque ustedes no conocen el día ni la hora.14Es como un hombre que estaba a punto de ir a otro país. Él llamó a sus sirvientes y les entregó sus riquezas.15A uno de ellos le entregó cinco talentos, a otro le entregó dos, y a otro le entregó un talento. Cada uno recibió una cantidad de acuerdo a su capacidad, y el hombre se fue a su viaje.16Inmediatamente, el que recibió los cinco talentos fue y los invirtió y produjo otros cinco talentos.17Igualmente el que recibió dos talentos hizo otros dos.18Pero el sirviente que recibió un talento fue y cavó un hoyo en la tierra, y escondió el dinero de su señor.19Ahora después de un largo tiempo el señor de esos sirvientes regresó y ajustó cuentas con ellos.20El sirviente que había recibido cinco talentos vino y trajo otros cinco talentos, él dijo: 'Señor, tú me entregaste cinco talentos. Mira, Yo hice cinco talentos más.'21Su señor le dijo: "¡Bien hecho, buen y fiel sirviente! Tú has sido fiel sobre pocas cosas. Yo te pondré a ti a cargo sobre muchas cosas. Entra en el gozo de tu señor.'22El sirviente que recibió dos talentos vino y dijo: 'Señor, tú me entregaste dos talentos. Mira, yo hice dos talentos más.23Su señor le contestó: '¡Bien hecho, buen y fiel sirviente! Tú has sido fiel sobre pocas cosas. Yo te pondré a cargo de muchas cosas. Entra en el gozo de tu señor.'24Entonces el sirviente que recibió un talento vino y dijo: 'Señor, yo sé que tú eres un hombre estricto. Tú siegas donde no sembraste, y cosechas donde no esparciste.25Yo tuve miedo, así que fui y escondí tu talento en la tierra. Mira, tienes aquí lo que te pertenece.'26Pero su señor le contestó diciendo: 'Tú malvado y vago sirviente, tú sabías que yo siego donde no sembré y cosecho donde no esparcí.27Entonces tú debiste darle mi dinero a los banqueros, y a mi regreso yo hubiera recibido mi dinero con intereses.28Por tanto quítenle el talento y entréguenlo al siervo que tiene diez talentos.29Porque a todo el que posee, más se le entregará -aún más abundantemente. Pero aquellos quienes no poseen nada, aún, lo que poseen les será quitado.30Al sirviente inútil échenlo a las tinieblas de afuera, donde será el lloro y rechinar de dientes.'31Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con Él, entonces Él se sentará en su trono glorioso.32Delante de Él estarán reunidas todas las naciones, y Él separará la gente el uno del otro, como un pastor separa sus ovejas de las cabras.33Él pondrá las ovejas a Su mano derecha, pero las cabras a Su izquierda.34Entonces el Rey dirá a los que están a Su mano derecha: 'Vengan, ustedes quienes han sido bendecidos por Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.35Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber; fui un extraño y ustedes me acogieron;36Estuve desnudo, y ustedes Me vistieron; estuve enfermo y ustedes me cuidaron; estuve en prisión y me visitaron.37Entonces los justos responderán y dirán: 'Señor, ¿cuándo Te vimos hambriento y Te alimentamos? ¿O sediento y Te dimos de beber?38Y ¿cuándo Te vimos como a un extraño, y Te acogimos? ¿O desnudo y Te vestimos?39¿Y cuándo Te vimos enfermo, o en prisión, y te visitamos?40Y el Rey contestará diciéndoles: Ciertamente Yo les digo, lo que hicieron por el más pequeño de mis hermanos aquí, a Mí lo hicieron.'41Entonces Él dirá a los que están a su mano izquierda: 'Apártense de Mí, ustedes malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles,42porque tuve hambre pero ustedes no me alimentaron; Yo tuve sed pero no me dieron de beber,43fui extraño pero ustedes no me acogieron; estuve desnudo pero no Me vistieron; enfermo y en prisión y no cuidaron de Mí.'44Entonces ellos también responderán y dirán: Señor, ¿cuándo Te vimos hambriento, o sediento, o como extraño, o desnudo, o enfermo, o en prisión, y no Te servimos?'45Entonces Él les contestará y dirá: 'Ciertamente les digo, lo que no hicieron por uno de estos pequeños, no lo hicieron por Mí.'46Estos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna."
1Sucedió que cuando Jesús había terminado de hablar todas estas palabras, Le dijo a Sus discípulos:2"Ustedes saben que luego de dos días llegará la Pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado."3Entonces los principales sacerdotes y los ancianos de la gente estaban reunidos en el palacio del sumo sacerdote, llamado Caifás.4Ellos conspiraban cómo arrestar a Jesús sigilosamente y matarle.5Porque ellos decían: "No durante la fiesta para que no se levante un disturbio entre la gente."6Ahora, mientras Jesús estaba en Betania en la casa de Simón el leproso, reclinado sobre la mesa,7se le acercó una mujer con un frasco de alabastro con un perfume muy costoso y se lo derramó en Su cabeza.8Pero cuando Sus discípulos lo vieron, se enojaron y dijeron: "¿Cuál es la razón de este desperdicio?9Se pudo haber vendido por mucho dinero y dado a los pobres."10Pero Jesús, sabiendo esto, les dijo: "¿Por qué molestan a esta mujer? Ella ha hecho algo hermoso por Mí.11Siempre tendrán a los pobres entre ustedes, pero no siempre me tendrán a Mí.12Porque cuando ella derramó este ungüento en mi cuerpo, ella lo hizo para mi entierro.13En verdad les digo, dondequiera que sea predicado este evangelio en todo el mundo, se hará memoria de esta mujer al hablar de lo que ha hecho."14Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sacerdotes principales15y dijo: "¿Qué están dispuestos a darme por entregárselo?" Ellos le pagaron treinta piezas de plata por Él.16Desde ese momento, él buscó la oportunidad para entregárselo.17Ahora, en el primer día del pan sin levadura los discípulos vinieron a Jesús y dijeron: "¿Dónde quieres que preparemos la cena de la Pascua?"18Él les dijo: "Vayan a la ciudad a cierto hombre y díganle: 'El Maestro dice: 'Mi hora está cercana. Celebraré la Pascua en tú casa con Mis discípulos.'"19Los discípulos hicieron como Jesús les dijo, y le prepararon la cena de la Pascua.20Al anochecer, Él se sentó a comer con los doce discípulos.21Mientras comían Les dijo: "En verdad les digo que uno de ustedes me traicionará."22Ellos se entristecieron muchísimo y cada uno comenzó a preguntarle: "Seguramente yo no, ¿Señor?"23Él respondió: "El que mete la mano en el plato conmigo es el que Me traicionará.24El Hijo del Hombre se irá, tal como está escrito acerca de Él; pero ¡ay de ese hombre por el cual el Hijo del Hombre es traicionado! Sería mejor para ese hombre si no hubiese nacido."25Judas, quien lo iba a traicionar dijo: "¿Seré yo, Rabí?" Él le dijo: "Tú mismo lo has dicho."26Mientras comían, Jesús tomó pan, lo bendijo y lo partió. Se lo dio a los discípulos y dijo: "Tomen y coman. Este es Mi cuerpo."27Él tomó una copa y dio gracias, y se la dio y dijo: "Bébanlo, todos ustedes.28Porque ésta es Mi sangre del pacto que es derramada por muchos para el perdón de los pecados.29Pero Yo les digo, no beberé de nuevo de este fruto de la vid hasta el día cuando Lo beba nuevo con ustedes en el reino de Mi Padre."30Cuando hubieron cantado un himno, se fueron al Monte de los Olivos.31Entonces Jesús les dijo: "Todos ustedes se apartarán esta noche por causa Mía, porque está escrito: 'GOLPEARÉ AL PASTOR Y LAS OVEJAS DEL REBAÑO SERÁN DISPERSADAS.'32Pero, después de resucitar, iré delante de ustedes a Galilea."33Entonces Pedro le dijo: "Aunque todos se aparten por causa de Ti, yo nunca me apartaré."34Jesús le dijo: "En verdad te digo, que esta misma noche, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces."35Pedro Le dijo: "Aún si debo morir contigo, no te negaré." Y todos los otros discípulos dijeron lo mismo.36Entonces Jesús fue con ellos a un lugar llamado Getsemaní y dijo a Sus discípulos: "Siéntense aquí mientras que voy allá y oro."37Llevó a Pedro y los dos hijos de Zebedeo con Él y comenzó a entristecerse y angustiarse.38Luego les dijo: "Mi alma está profundamente entristecida, aún hasta la muerte. Permanezcan aquí y vigilen conmigo."39Se adelantó un poco más y postrandose de cara oró y dijo: "Padre Mío, si es posible, que pase esta copa de Mí; sin embargo, no se haga lo que Yo deseo, sino lo que Tú deseas."40Vino a los discípulos y los halló durmiendo, y le dijo a Pedro: "¿Qué, no pudieron vigilar conmigo por una hora?41Vigilen y oren para que no entren en tentación. El espíritu en efecto está dispuesto, pero la carne es débil."42Él se alejó por segunda vez y oró; dijo: "Padre, si esto no puede pasar sin que Yo beba esta copa, que sea hecha Tu voluntad."43Él volvió de nuevo y los encontró durmiendo, porque sus ojos estaban pesados.44Entonces se fue y los dejó nuevamente; oró una tercera vez y dijo las mismas palabras.45Entonces Jesús vino a los discípulos y les dijo: "¿Todavía están durmiendo y descansando? Miren, la hora está por llegar y el Hijo del Hombre está siendo traicionado en manos de los pecadores.46Levántense y vámonos. Miren, el que Me traiciona está cerca."47Mientras aún estaba hablando, Judas llegó, uno de los doce. Una gran multitud de los sacerdotes principales y ancianos del pueblo vino con él. Vinieron con espadas y palos.48Ahora el hombre que iba a traicionar a Jesús les había dado una señal, diciendo: "Al que yo bese, Él es. Deténganlo."49Inmediatamente vino a Jesús y dijo: "¡Saludos, Rabí!" Y Lo besó.50Jesús le dijo: "Amigo, haz lo que has venido a hacer." Entonces ellos vinieron, le echaron mano y lo agarraron.51En eso, uno de los que estaba con Jesús extendió la mano, sacó su espada y golpeó al sirviente del sumo sacerdote y le cortó la oreja.52Entonces Jesús le dijo: "Guarda tu espada en su lugar, porque todos aquellos que toman la espada morirán por la espada.53¿Crees que Yo no podría clamar a Mi Padre, y Él me mandaría más de doce legiones de ángeles?54Pero, ¿cómo entonces se cumplirían las escrituras, siendo que esto debe suceder?"55En ese momento Jesús dijo a la multitud: "¿Han salido con espadas y palos para prenderme como si fuera un ladrón? Me senté a diario en el templo enseñando, y no me arrestaron.56Pero todo esto ha sucedido para que los escritos de los profetas puedan ser cumplidos." Luego, todos los discípulos lo dejaron y huyeron.57Los que prendieron a Jesús Lo llevaron a Caifás el sumo sacerdote, donde los escribas y ancianos se habían reunido.58Pero Pedro Lo siguió a distancia al patio del sumo sacerdote. Entró y se sentó con los guardias para ver cuál era el veredicto.59Ahora los principales sacerdotes y todo el Concilio estaban buscando falso testimonio en contra de Jesús, para que Le pudieran condenar a muerte.60Pero no encontraron ninguno, aunque muchos falsos testigos se presentaron. Luego vinieron dos61y dijeron: "Este Hombre dijo: 'Puedo destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días.'"62El sumo sacerdote se levantó y Le dijo: "¿No tienes alguna respuesta? ¿Qué es lo que están testificando en contra Tuya?"63Pero Jesús guardó silencio. El sumo sacerdote Le dijo: "Te ordeno por el Dios Viviente, dinos si eres el Cristo, el Hijo de Dios."64Jesús le respondió: "Tú mismo lo has dicho; pero te digo que de aquí en adelante verás al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Padre, y viniendo en las nubes del cielo."65Entonces el sumo sacerdote rasgó sus ropas y dijo: "Él ha hablado blasfemia. ¿Por qué todavía necesitamos testigos? Miren, ahora han escuchado la blasfemia.66¿Qué piensan?" Ellos respondieron y dijeron: "Él es digno de muerte."67Entonces lo escupieron en Su cara y Lo golpearon, y Lo abofetearon,68y le decían: "Profetízanos, Tú Cristo. ¿Quién Te ha golpeado?"69Pedro estaba sentado afuera en el patio, y una sirvienta vino a él y dijo: "Tú también estabas con Jesús de Galilea."70Pero él lo negó delante de todos, diciendo: "No sé de qué me estás hablando."71Cuando él salió a la puerta de entrada, otra sirvienta lo vio y les dijo a los que estaban allí: "Este hombre también estaba con Jesús de Nazaret."72Y de nuevo él lo negó con un juramento: "No conozco al hombre."73Después de un rato, los que estaban parados cerca vinieron y le dijeron a Pedro: "Seguramente tú también eres uno de ellos, porque tu acento te delata."74Entonces, él empezó a maldecir y a decir groserías: "Yo no conozco al hombre," e inmediatamente un gallo cantó.75Pedro recordó las palabras que Jesús había dicho: "Antes de que el gallo cante me habrás negado tres veces." Entonces salió y lloró amargamente.
1Cuando llegó la mañana, todos los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo conspiraron contra Jesús para darle muerte.2Ellos lo ataron, lo llevaron y lo entregaron a Pilato el gobernador.3Entonces cuando Judas, quien lo había traicionado, vio que Jesús fue condenado, se arrepintió y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y los ancianos,4y dijo: "Yo he pecado al traicionar sangre inocente." Pero ellos dijeron: "¿Qué es eso para nosotros? Es asunto tuyo."5Entonces él tiró las piezas de plata en el templo, salió fuera y se ahorcó.6Los jefes de los sacerdotes tomaron las piezas de plata y dijeron: "No es legal poner esto en el tesoro, porque es precio de sangre."7Ellos discutieron el asunto juntos y con el dinero compraron el Campo del Alfarero para enterrar extranjeros en él.8Por esta razón ese campo se le conoce como: "Campo de Sangre" hasta hoy.9Entonces lo que fue dicho por el profeta Jeremías se cumplió, diciendo: "ELLOS TOMARON LAS TREINTA MONEDAS DE PLATA, EL PRECIO FIJADO SOBRE ÉL POR LOS ISRAELITAS10Y LO ENTREGARON PARA EL CAMPO DEL ALFARERO, COMO EL SEÑOR ME HABÍA ORDENADO."11Ahora Jesús estaba frente al gobernador y el gobernador le preguntó: "¿Eres Tú el Rey de los Judíos?" Jesús le respondió: "Tú lo dices."12Pero cuando Él fue acusado por los jefes de los sacerdotes y los ancianos, no respondió nada.13Entonces Pilato le dijo: "¿No escuchas todos los cargos en tu contra?"14Pero Él no contestó ni una sola palabra, así que el gobernador estaba grandemente asombrado.15En la fiesta era costumbre del gobernador liberar a un prisionero escogido por la multitud.16En ese tiempo ellos tenían a un prisionero muy conocido llamado Barrabás.17Así que cuando ellos se reunieron, Pilato les dijo: "¿A quién quieren que yo libere? ¿A Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?18Porque él sabía que ellos lo habían entregado por envidia.19Mientras él estaba sentado en la silla del juicio, su esposa le envió un mensaje diciendo: "No tengas nada que ver con ese hombre inocente; porque hoy he sufrido mucho en un sueño por causa de Él."20Ahora los jefes sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud a pedir a Barrabás y que asesinaran a Jesús.21El gobernador les preguntó: "¿A quién de los dos quieren que les libere?" Ellos dijeron: "A Barrabás."22Pilato les dijo: "¿Qué debería yo hacer con Jesús llamado el Cristo?" Todos ellos contestaron: "Crucifícalo."23Y él dijo: "¿Por qué, qué crimen ha cometido? Pero ellos gritaron aún más fuerte: "Crucifícalo".24Así que cuando Pilato vio que no podría hacer nada, y que en su lugar estaba comenzando un motín, tomó agua, lavó sus manos frente a la multitud y dijo: "Yo soy inocente de la sangre de este Hombre inocente; alla ustedes."25Todas las personas dijeron: "Que Su sangre sea sobre nosotros y nuestros hijos."26Entonces él liberó a Barrabás, azotó a Jesús y se los entregó para ser crucificado.27Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al Pretorio y reunieron a toda la compañía de soldados.28Ellos Lo desnudaron y pusieron un manto púrpura sobre Él.29Entonces hicieron una corona de espinas, la pusieron sobre Su cabeza, y colocaron en Su mano derecha un bastón, se arrodillaron frente a Él y se burlaron de Él diciendo: "¡Viva, Rey de los Judíos!"30Lo escupieron tomaron el bastón y le golpearon en la cabeza.31Despues de haberse burlado de Él, le quitaron el manto, le pusieron Sus propias vestiduras y lo llevaron para crucificarle.32Cuando salieron, encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, a quien forzaron a ir con ellos para que cargara la cruz.33Ellos llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa: "El Lugar de la Calavera."34Le dieron a beber vino mezclado con hiel. Pero cuando Él lo probó, no lo bebió.35Cuando lo habían crucificado, se repartieron Sus vestiduras echando suertes;36se sentaron y lo vigilaron.37Sobre Su cabeza colocaron la acusación en Su contra la cual leía: "ÉSTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS."38Dos ladrones fueron crucificados con ÉL, uno a Su derecha y uno a Su izquierda.39Los que pasaban Lo insultaban, moviendo sus cabezas40y diciendo: "Tú que destruirías el templo y lo reconstruirías en tres días, sálvate a Ti mismo. Si eres el Hijo de Dios, baja de esa cruz."41De la misma manera los principales sacerdotes se burlaban de Él, junto con los escribas y los ancianos, y decían:42"Él salvó a otros, pero no puede salvarse a Sí mismo. Él es el Rey de Israel; dejen que baje de la cruz y entonces creeremos en Él.43Él confía en Dios. Que Dios Lo rescate ahora si quiere, porque Él dijo: 'Yo soy el Hijo de Dios.'"44Y los ladrones que fueron crucificados con Él, también Le dijeron los mismos insultos.45Desde la hora sexta vino oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena.46Cerca de la hora novena, Jesús clamó en voz alta y dijo: "ELI, ELI, ¿LAMA SABACTANI?" lo que significa: "DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿PORQUÉ ME HAS ABANDONADO?"47Cuando algunos de los que estaban allí de pie lo escucharon, dijeron: "Él está llamando a Elías."48Inmediatamente uno de ellos corrió y tomó una esponja, la empapó con vino amargo y poniéndola en una caña, le dio a beber.49El resto de ellos dijeron: "Déjenlo solo; vamos a ver si Elías viene a salvarle."50Entonces Jesús clamó otra vez en voz alta y entregó Su espíritu.51Entonces, la cortina del templo se rasgó en dos desde arriba hacia abajo. La tierra tembló y las rocas se partieron.52Los sepulcros fueron abiertos, y los cuerpos de muchos santos que habian muerto resucitaron.53Ellos salieron de los sepulcros y después de la resurrección de Jesús, entraron a la santa ciudad y aparecieron a muchos.54Ahora cuando el centurión y aquellos que vigilaban a Jesús vieron el terremoto y las cosas que habían ocurrido, ellos tuvieron mucho miedo y dijeron: "Verdaderamente Éste era el Hijo de Dios".55Muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para cuidarle, estaban allí mirando de lejos.56Entre ellas se encontraba María Magdalena, María la madre de Jacobo y José, y la madre de los hijos de Zebedeo.57Al anochecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, quien era también discípulo de Jesús.58Él se acercó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato ordenó que le entregaran el cuerpo.59José tomó el cuerpo, lo envolvió en telas de lino limpias60y lo acostó en su propio sepulcro, que era nuevo y que él la había cortado en la roca. Entonces rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó.61María Magdalena y la otra María estaban allí sentadas frente al sepulcro.62Al día siguiente, que fue el día después de la Preparación, los jefes sacerdotes y los Fariseos se reunieron con Pilato.63Ellos le dijeron: "Señor, nosotros recordamos que cuando ese engañador estaba vivo, Él dijo: 'Después de tres días resucitaré.'64Por lo tanto ordene que la tumba sea asegurada hasta el tercer día; de otra manera Sus discípulos podrían llegar a robarlo y decirle a las personas: 'Él ha resucitado de la muerte' y el último engaño será peor que el primero."65Pilato les dijo: "Lleven una guardia. Vayan y asegúrenlo lo mejor que puedan".66Así que ellos fueron y aseguraron la tumba, sellando la piedra y colocando una guardia.
1Ya tarde, durante el día de reposo, cuando estaba empezando el amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro.2He aquí, hubo un gran terremoto, porque un Ángel del Señor descendió desde el cielo; vino y movió la piedra, y se sentó sobre ella.3Su apariencia era como relámpago, y su vestido blanco como la nieve.4Los guardias temblaban de miedo y se quedaron como muertos.5El ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: "No tengan miedo, porque yo se que ustedes buscan a Jesús, quien ha sido crucificado.6Él no está aquí, sino que ha resucitado, justo como Él dijo. Vengan a ver el lugar donde el Señor fue puesto.7Vayan rápido y díganle a sus discípulos: 'Él ha resucitado de entre los muertos. Va delante de ustedes a Galilea. Allí ustedes lo verán. 'He aquí, yo se los he dicho."8Rápidamente las mujeres dejaron el sepulcro con miedo y gran gozo, y corrieron a decirle a sus discípulos.9De repente, Jesús las encontró y dijo: "Saludos." Las mujeres se acercaron, abrazaron sus pies, y le adoraron.10Entonces Jesús les dijo: "No tengan miedo. Vayan y díganle a Mis hermanos que salgan para Galilea; allí Me verán."11Mientras las mujeres se iban, he aquí, algunos de los guardias fueron a la ciudad y le dijeron a los principales sacerdotes todas las cosas que habían ocurrido.12Cuando los sacerdotes se reunieron con los ancianos y discutieron lo que había acontecido, ellos le dieron una gran cantidad de dinero a los soldados13y le dijeron: "Díganle a otros, 'los discípulos de Jesús vinieron durante la noche y se robaron su cuerpo mientras dormíamos.'14Si este reporte llega al gobernador, nosotros lo convenceremos y le evitaremos dificultades a ustedes."15Entonces los soldados tomaron el dinero e hicieron como le habían instruido. Este reporte se divulgó extensamente entre los judíos y continúa hasta hoy.16Los once discípulos fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.17Cuando ellos lo vieron, lo adoraron, pero algunos dudaron.18Jesús vino a ellos y les dijo: "Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.19Vayan entonces, y hagan discípulos de todas las naciones. Bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.20Enséñenles a obedecer todo lo que Yo les He ordenado. Y vean, Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo."