1 Thessalonians

Capítulo 1

1 Pablo, Silvano y Timoteo a la iglesia de los Tesalonicenses en Dios el Padre y el Señor Jesucristo. Que la gracia y paz sea con ustedes. 2 Nosotros siempre le damos gracias a Dios por todos ustedes; mencionandoles a ustedes en nuestras oraciones. 3 Nosotros recordamos sin cesar, ante nuestro Dios y Padre, su obra de fe, trabajo de amor y paciencia en la confianza en un futuro en nuestro Señor Jesucristo. 4 Hermanos amados por Dios, 5 conocemos su llamado, cómo nuestro evangelio vino a ustedes no sólo en palabra, sino también en poder, en el Espíritu Santo y con convicción. De esta misma forma ustedes conocen la clase de persona que fuimos entre ustedes por el amor que le tenemos. 6 Ustedes se hicieron imitadores de nosotros y del Señor, mientras recibieron la palabra en mucha tribulación con el gozo del Espíritu Santo. 7 Como resultado, ustedes se convirtieron en ejemplo para todos los creyentes en Macedonia y Acaya. 8 Porque saliendo de ustedes, la palabra del Señor se ha escuchado, y no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todo lugar hacia donde su fe en Dios ha salido. Como resultado, nosotros ya no necesitamos decir nada. 9 Porque ellos mismos cuentan, la clase de recibimiento que tuvimos de ustedes. Ellos cuentan cómo ustedes cambiaron de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero 10 y como esperan a su Hijo desde el cielo, a quien Él levantó de los muertos, Jesús, quien nos liberó de la ira que está por venir.


Capítulo 2

1 Porque ustedes mismos saben, hermanos, que nuestra llegada a ustedes no fue inútil, 2 Ustedes saben que nosotros previamente sufrimos y fuimos tratados vergonzosamente en Filipo. Pero fuimos capaces en nuestro Dios, de hablarles a ustedes del evangelio de Dios en medio de mucho conflicto. 3 Nuestra exhortación no es por error, ni por impureza, ni por engaño. 4 Sino que, hemos sido aprobados por Dios para que nos confiara el evangelio, por esto hablamos. Hablamos, no para complacer a hombres, sino para complacer a Dios. Él es quien examina nuestros corazones. 5 Ya que nosotros en ningún momento usamos palabras para adular, como ustedes saben, ni como pretexto para codicia, Dios es nuestro testigo. 6 Ni procuramos gloria humana, de ustedes ni de otros. Nosotros podríamos haber reclamado privilegios como apóstoles de Cristo. 7 En lugar de eso, nosotros fuimos tan tiernos entre ustedes como una madre consuela a sus propios hijos. 8 Así nosotros tuvimos afecto por ustedes. Nosotros estuvimos agradecidos de compartir con ustedes, no sólo el evangelio de Dios sino nuestras propias vidas. Pues ustedes llegaron a ser muy amados para nosotros. 9 Ustedes recuerdan, hermanos, nuestra labor y esfuerzo. Nosotros trabajamos noche y día para no ser carga a ninguno de ustedes, mientras le predicamos el evangelio de Dios. 10 Ustedes son testigos, y Dios también, de cuán santo, justo e irreprochable fue nuestra conducta hacia ustedes los creyentes. 11 De la misma manera, ustedes saben que nosotros les exhortamos y los animamos a cada uno de ustedes, tal como un padre lo haría con sus propios hijos, exhortándolos, confortándolos y testificándoles 12 que ustedes deben caminar de un modo que honre a Dios, quien les llama a Su propio reino y gloria. 13 Por esta razón nosotros damos también gracias a Dios constantemente. Porque cuando ustedes recibieron el mensaje de Dios que escucharon de nosotros, ustedes lo aceptaron no como palabra humana, sino, la recibieron como verdaderamente es, la palabra de Dios. Esta es la palabra que también trabaja entre ustedes los que creen. 14 Porque ustedes, hermanos, se convirtieron en imitadores de las iglesias de Dios que están en Judea en Cristo Jesús. Ustedes también sufrieron las mismas cosas de sus propios compatriotas, como ellos lo padecieron de los judíos. 15 Fueron los judíos quienes asesinaron tanto al Señor Jesús como a los profetas. Fueron los judíos quienes nos expulsaron. Ellos no agradan a Dios. Sino que son hostiles a toda la gente. 16 Ellos nos prohíben hablar a los gentiles para que sean salvos. El resultado es que ellos siempre se llenan de sus pecados hasta el límite. Pero la ira les alcanzará al final. 17 Nosotros, hermanos, fuimos separados de ustedes por un breve tiempo, en presencia, no de corazón. Nosotros estábamos ansiosos por el deseo de ver sus rostros. 18 Porque deseábamos llegar a ustedes, de hecho, yo mismo Pablo, una y otra vez, pero Satanás nos lo impidió. 19 Porque ¿cuál es nuestra confianza para el futuro, o gozo, o corona de gloria, delante de nuestro Señor Jesús en su venida? ¿No son ustedes como los demás? 20 Porque ustedes son nuestra gloria y nuestro gozo.


Capítulo 3

1 Entonces, cuando ya no podíamos resistir, pensamos que era bueno que nos dejaran atrás, solos en Atenas. 2 Enviamos a Timoteo, nuestro hermano y ministro de Dios en el evangelio de Cristo, para fortalecerlos y consolarlos respecto a su fe. Hicimos esto para que nadie fuera perturbado por estas aflicciones. 3 Pues ustedes saben que para esto fuimos elegidos. 4 Verdaderamente, cuando estábamos con ustedes, le dijimos de antemano que estábamos prontos a sufrir aflicción, y eso pasó, como ya saben. 5 Por esta razón, cuando ya no pude soportarlo, envié a Timoteo para poder saber acerca de su fe. Quizás el tentador los hubiera tentado y nuestra labor hubiese sido en vano. 6 Pero Timoteo vino a nosotros de parte de ustedes y nos trajo buenas noticias de su fe y amor. Nos dijo que ustedes siempre tienen buenas memorias de nosotros, y que ustedes desean vernos tanto como nosotros deseamos verlos a ustedes. 7 Por esto, hermanos, fuimos consolados por ustedes por medio de su fe, en toda nuestra angustia y aflicción. 8 Por ahora nosotros vivimos, si ustedes se mantienen firmes en el Señor. 9 ¿Qué gracias podemos nosotros darle a Dios por ustedes, por toda la alegría que tenemos delante de nuestro Dios sobre ustedes? 10 Noche y día nosotros oramos muy fuerte que podamos ver sus caras y proveer lo que está faltando en su fe. 11 Que el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesús, dirija nuestro camino hacia ustedes. 12 Que el Señor haga que el amor crezca y abunde entre unos y otros y hacia toda la gente, como nosotros a ustedes. 13 Que Él haga esto para fortalecer sus corazones libres de culpa en santidad ante nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos.


Capítulo 4

1 Finalmente hermanos, les animamos y exhortamos en el Señor Jesús, que, así como recibieron instrucciones de nosotros mismos sobre cómo deben caminar y agradar a Dios, así como están caminando, háganlo aún más. 2 Porque ustedes conocen las instrucciones que les entregamos a través del Señor Jesús. 3 Ésta es la voluntad de Dios: la santificación de ustedes, que se abstengan de la inmoralidad sexual; 4 que cada uno de ustedes sepa poseer a su propia esposa en santidad y honor. 5 No tengan a sus esposas en pasiones lujuriosas (como los gentiles que no conocen a Dios). 6 Que ningún hombre transgreda y haga el mal a su hermano en este asunto. Porque el Señor es vengativo en todas estas cosas, como también les advertimos y testificamos. 7 Dios no nos llamó a nosotros a impureza, sino a santidad. 8 Por lo tanto, aquél que rechaza esto no rechaza a las personas, sino a Dios, quien entrega su Espíritu Santo a ustedes. 9 Respecto al amor fraternal no tienen necesidad de que nadie les escriba a ustedes, porque ustedes mismos han sido enseñados por Dios a amarse unos a otros. 10 En efecto, ustedes lo hacen con todos los hermanos que están en toda Macedonia. Pero nosotros le exhortamos a ustedes, hermanos, que lo hagan aún más. 11 Nosotros también les exhortamos a que aspiren a vivir tranquilos, preocúpense de sus propios negocios y trabajen con sus manos, así como les ordenamos. 12 Hagan esto para que puedan caminar propiamente en respeto con aquellos que están fuera de la fe, para que ustedes no tengan necesidad de nada. 13 Nosotros no queremos que malentiendan, hermanos, acerca de los que duermen, para que ustedes no se entristezcan como el resto que no tienen certeza del futuro. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó nuevamente, así Dios traerá con Jesús aquellos que han dormido en Él. 15 Nosotros les decimos esto por la palabra del Señor, que nosotros que estamos vivos, aquellos que quedan hasta la venida del Señor, seguramente no van a preceder aquellos que han dormido. 16 El Señor mismo descenderá del cielo. Él vendrá con un grito, con la voz del arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. 17 Entonces nosotros los que estemos vivos, los que quedemos, estaremos junto con ellos, alcanzándolos en las nubes, para encontrarnos con el Señor en el aire. Para así estar siempre con el Señor. 18 Por lo tanto, aliéntense unos a otros con estas palabras.


Capítulo 5

1 Ahora sobre los tiempos y las estaciones, hermanos, ustedes no tienen necesidad de que nada se les escriba. 2 Porque ustedes mismos saben perfectamente que el día del Señor viene como un ladrón en la noche. 3 Cuando ellos digan: "Paz y seguridad", entonces destrucción repentina vendrá sobre ellos. Cómo los dolores de parto en una mujer embarazada. Ellos de ninguna forma escaparan. 4 Pero ustedes, hermanos, no están en la oscuridad para que ese día los alcance como un ladrón. 5 Porque todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día. Nosotros no somos hijos de la noche o de la oscuridad. 6 Pues entonces, no vayamos a dormir como los demás. Más bien, vamos a mantener vigilia y sobriedad. 7 Porque los que duermen lo hacen de noche, y los que se embriagan lo hacen en la noche. 8 Pero como somos hijos del día, estemos sobrios. Pongámonos una coraza de fe y amor por casco, la certeza de una futura salvación. 9 Porque Dios no nos destinó para la ira, sino para obtener la salvación mediante nuestro Señor Jesucristo. 10 Él es quien murió por nosotros para que así, aunque estemos despiertos o dormidos, pudiéramos vivir junto a Él. 11 Por esto consuélense unos a los otros y edifíquense unos a los otros, tal como ya lo hacen. 12 Les pedimos, hermanos, reconozcan a aquellos que trabajan entre ustedes y quienes están sobre ustedes en el Señor, quienes los exhortan. 13 También les pedimos que los consideren altamente amados por su trabajo. Estén en paz entre ustedes. 14 Los exhortamos, hermanos: adviertan a los desordenados, alienten a los desalentados, apoyen a los débiles, tengan paciencia con todos. 15 Velen que ninguno devuelva mal con mal a nadie. Al contrario, siempre esfuércense por lo que sea bueno para los otros y para todos. 16 Alégrense siempre. 17 Oren sin cesar. En todo den gracias. 18 Porque esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús para ustedes. 19 No apaguen el Espíritu. 20 No desprecien las profecías. 21 Prueben todas las cosas. Retengan de lo que sea bueno. 22 Eviten todo tipo de maldad. 23 Que el mismo Dios de paz los santifique completamente. Que todo tu espíritu, alma y cuerpo esté preservado sin culpa para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que te llama, quien lo hará también. 25 Hermanos, oren también por nosotros. 26 Reciban a todos sus hermanos con un beso santo. 27 Les pido por el Señor que esta carta sea leída a todos los hermanos. 28 Que la gracia de Nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes.


2 Thessalonians

Capítulo 1

1 Pablo, Silvano, y Timoteo, a la iglesia de los Tesalonicenses en Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo. 2 Que la gracia sea con ustedes y la paz de Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo. 3 Debemos dar gracias a Dios siempre por ustedes, hermanos. Pues es apropiado, porque su fe está creciendo mucho, y el amor de cada uno de ustedes los une hacia el otro. 4 Así nosotros mismos hablamos orgullosamente sobre ustedes entre las iglesias de Dios. Nosotros hablamos de su paciencia y fe en todas sus persecuciones. Nosotros hablamos de las aflicciones que ustedes soportan. 5 Ésta es una señal del juicio justo de Dios. El resultado es que ustedes serán considerados dignos del reino de Dios, por el cual ustedes sufren. 6 Porque de hecho, es justo para Dios devolver aflicción a aquellos a quienes los afligen, 7 y aliviarlos a ustedes que son afligidos como nosotros, cuando el Señor Jesús se revele desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en llamas de fuego, tomando venganza en aquellos que no conocen a Dios y en aquellos que no obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús. 9 Ellos sufrirán el castigo de la eterna destrucción, lejos de la presencia del Señor y de la gloria de Su poder. 10 Él hará esto cuando Él venga en ese día, para ser glorificado por su pueblo, para ser maravillado por todos aquellos quienes creyeron, porque nuestro testimonio fue creído por ustedes. 11 Por esto nosotros también oramos continuamente por ustedes. Oramos para que nuestro Dios los considere dignos de su llamamiento. Oramos para que cumpla todo deseo de bondad y toda obra de fe con poder. 12 Oramos estas cosas para que el nombre de nuestro Señor Jesús pueda ser glorificado en ustedes. Oramos para que ustedes sean glorificados por Él, por causa de la gracia de nuestro Dios y el Señor Jesucristo.


Capítulo 2

1 Ahora con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestro encuentro junto a Él, nosotros les solicitamos, hermanos, 2 que ustedes no sean fácilmente perturbados ni preocupados, sea por espíritu, por mensaje, o por carta como si viniera de nosotros, acerca de que el día del Señor ya ha venido. 3 No permitan que nadie les engañe en modo alguno. Pues no vendrá hasta después que venga la caída, y el hombre del pecado sea revelado, el hijo de la destrucción. 4 Éste es quien se opone y se exalta a sí mismo en contra de todo lo que se llama Dios o lo que es adorado. De manera que, se sienta en el templo de Dios y se muestra a sí mismo como Dios. 5 ¿No recuerdan que cuando yo estaba con ustedes les dije estas cosas? 6 Ahora ustedes saben lo que lo detiene, para que él sea revelado sólo en el tiempo exacto. 7 Porque el misterio del desorden está ya trabajando, sólo hay Uno quien lo restringe ahora hasta que él sea sacado del camino. 8 Entonces el hombre del pecado será revelado, a quien el Señor Jesús matará con el soplo de Su boca. El Señor lo convertirá en nada por la revelación de Su venida. 9 La venida del hombre de pecado será debido a la obra de Satanás, con todo poder, señales y falsas maravillas, 10 y con toda clase de maldad que engañan a aquellos que están pereciendo, porque ellos rechazaron el amor de la verdad para poder ser salvados. 11 Por este motivo Dios está enviándoles un poderoso engaño para que ellos crean una mentira, 12 y así todos ellos sean condenados, aquellos que no creyeron en la verdad, sino que se complacieron en la injusticia. 13 Pero nosotros siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados del Señor. Pues Dios les escogió a ustedes como los primeros frutos de salvación en santificación del Espíritu y creer en la verdad. 14 Él les llamó por medio de nuestro evangelio para así ustedes obtener la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 15 Así entonces, hermanos, permanezcan firmes y retengan las tradiciones que les fueron enseñadas, sea mediante palabra o por nuestra carta. 16 Ahora, que nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios nuestro Padre, que nos amó y nos dio eterno consuelo y buena esperanza mediante la gracia, 17 consuele y fortalezca sus corazones en toda buena obra y palabra.


Capítulo 3

1 Ahora, hermanos, oren por nosotros, para que la palabra del Señor sea esparcida rápidamente y sea glorificada, así como lo fue con ustedes. 2 Oren para que podamos ser liberados de las personas perversas y malvadas, pues no todos tienen fe. 3 Pero el Señor es fiel, quien les establecerá y guardará del maligno. 4 Nosotros tenemos confianza en el Señor en cuanto a ustedes, que ustedes hacen y continuarán haciendo las cosas que nosotros le ordenamos. 5 Que el Señor dirija sus corazones al amor de Dios y a la perseverancia en Cristo. 6 Ahora les ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que ustedes eviten a todo hermano que viva ociosamente, no de acuerdo a las tradiciones que ustedes recibieron de nosotros. 7 Pues ustedes mismos saben que es propio para ustedes imitarnos. Nosotros no vivimos entre ustedes como alguien que no tenía disciplina. 8 Y no comimos la comida de nadie sin pagar por ella. En su lugar, trabajamos noche y día en trabajos difíciles y con esfuerzo, para no ser una carga a ninguno de ustedes. 9 Hicimos esto, no porque no tenemos autoridad. Al contrario, hicimos esto para ser un ejemplo a ustedes, para que así ustedes puedan imitarnos. 10 Cuando estuvimos con ustedes les ordenamos: "Si alguno no quiere trabajar, él no debería comer". 11 Porque nosotros escuchamos que algunos entre ustedes caminan ociosamente. Ellos no trabajan pero en su lugar son entrometidos. 12 Ahora nosotros les ordenamos a esos y les exhortamos en el Señor Jesucristo, que deben trabajar silenciosamente y comer su propia comida. 13 Pero ustedes, hermanos, no se desanimen en hacer lo que es correcto. 14 Si alguno no obedece nuestra palabra en esta carta, tomen nota de él, y no se asocien con él, para que él pueda avergonzarse. 15 No lo consideren un enemigo, pero adviértanle como a un hermano. 16 Que el mismo Dios de paz les dé paz en todo momento en sus caminos. El Señor sea con todos ustedes. 17 Éste es mi saludo, Pablo, con mi propia mano, la cual es la firma en toda carta. Así es como yo escribo. 18 Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes.


James

Capítulo 1

1 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión, saludos. 2 Consideren con gozo, mis hermanos cuando experimenten varios problemas, 3 sabiendo que la prueba de su fe, produce resistencia. 4 Dejen que la resistencia complete su obra, para que sean completamente maduros, y no les falte nada. 5 Pero si alguno de ustedes necesita sabiduría, pídala a Dios que la da, generosamente y sin reproche a todo al que la pida, y Él se la concederá. 6 Pero pidan con fe, sin dudar, porque el que duda es como una ola en el mar, conducida por el viento y lanzada. 7 Pero esa persona no debe pensar que él recibirá su solicitud del Señor; 8 el tal; es una persona de doble ánimo, inestable en todos sus caminos. 9 El hermano pobre debe gloriarse en su alta posición, 10 mientras el hermano rico en su humillación, porque él morirá como una flor silvestre en el campo. 11 El sol se levanta con calor abrasador y seca la planta, y la flor cae y su belleza muere. De la misma manera, las personas ricas se desvanecerán en medio de sus actividades. 12 Bendecido es el hombre quien resiste la prueba, porque después que él haya pasado la prueba, él recibirá la corona de vida, que ha sido prometida a aquellos quienes aman a Dios. 13 Nadie debe decir cuando es tentado: "Esta tentación es de Dios," porque Dios no es tentado por el mal, y Dios en sí mismo no tienta a nadie. 14 Cada persona es tentada por sus propios malos deseos los cuales lo atraen y lo arrastran fuera. 15 Entonces después, los deseos pecaminosos conciben, el pecado nace, y después que el pecado ha crecido completamente, resulta en muerte. 16 No se engañen, amados hermanos míos. 17 Todo buen regalo y todo don perfecto viene de arriba, descendiendo del Padre de las luces. Con Él no hay cambio ni sombras de rotación. 18 Dios escogió darnos a nosotros la vida por la palabra de verdad, para que así nosotros pudiéramos ser los primeros frutos entre Sus criaturas. 19 Ustedes conocen esto, mis amados hermanos. Todo hombre debe ser pronto para oír, lento para hablar, y lento para la ira, 20 pues la ira del hombre no trabaja en la justicia de Dios. 21 Por lo tanto, desechen toda suciedad pecaminosa y el mal que está en todas partes, y en humildad reciban la palabra implantada, que es capaz de salvar sus almas. 22 Obedezcan la palabra, no sólo la escuchen, no se engañen a ustedes mismos. 23 Pues si cualquiera escucha la palabra y no la hace, es como un hombre que examina su rostro natural en un espejo. 24 Él examina su rostro, y se va y pronto se olvida de cómo lucía. 25 Pero la persona que observa cuidadosamente en la ley perfecta, la ley de libertad, y continúa obedeciéndola; no es sólo un oidor que la olvida, este hombre será bendecido en lo que hace. 26 Si alguno piensa en sí mismo que es religioso, pero no controla su lengua, él engaña su corazón y su religión es vana. 27 La religión pura e incorruptible delante de nuestro Dios y Padre es ésta: ayudar al huérfano y a las viudas en sus aflicciones, y protegerse a sí mismo de la corrupción del mundo.


Capítulo 2

1 Mis hermanos, no favorezcan a ciertas personas a nombre de la fe de nuestro Señor Jesucristo, el Señor de gloria. 2 Si alguien entra a su reunión vistiendo anillos de oro y ropa fina, y también entra un hombre pobre con ropas sucias, 3 y enfocas tu atención en la persona vistiendo ropas finas, y dices: "Por favor, siéntese aquí, en un lugar agradable," pero le dices al hombre pobre: "Tú, párate por allá," o "Siéntate a mis pies," 4 ¿no estarán haciendo juicio entre ustedes mismos, y convirtiéndose en jueces con pensamientos malos? 5 Escuchen, mis amados hermanos, ¿no escogió Dios a los pobres del mundo para ser ricos en fe y hereden el reino que le prometió a aquellos que lo aman? 6 ¡Pero ustedes han deshonrado al pobre! ¿No es el rico quien los oprime, y no son ellos los que los arrastran al tribunal? 7 ¿No blasfeman los ricos el buen Nombre por el cual son llamados? 8 Sin embargo, si tú cumples la Ley real, como está escrita en la Escritura: "AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO," haces bien. 9 Pero si favoreces a ciertas personas, tú estás cometiendo pecado, convicto por la ley como delincuentes. 10 ¡Quien obedece la ley completa, pero aún tropieza en sólo un punto, éste es culpable de romper toda la ley! 11 Pues Dios quien dijo: "NO COMETAS ADULTERIO," también dijo: "NO MATARÁS." Si no cometes adulterio, pero matas, te has convertido en transgresor de la ley. 12 Pues, habla y obedece como quienes estarían próximos de ser juzgados por la ley de libertad. 13 Porque juicio viene sin misericordia a aquellos que no hayan demostrado misericordia. ¡La misericordia triunfa sobre el juicio! 14 ¿Qué bien es este, mis hermanos, si alguien dice que tiene fe, pero éste no tiene obras? ¿Puede la fe salvarlo? 15 Si un hermano o hermana está en necesidad de ropa y comida diaria, 16 y uno de ustedes les dice: "Ve en paz, caliéntate y sáciate," pero no le das las cosas necesarias para el cuerpo, ¿qué bien es ese? 17 De la misma manera la fe por sí misma, si no tiene obras, es muerta. 18 Aun así alguien dirá: "Tú tienes fe y yo tengo obras." Enséñame tu fe sin las obras, y yo te enseñaré mi fe por mis obras. 19 Ustedes creen que hay un sólo Dios; están en lo correcto. Pero los demonios también creen eso y tiemblan. 20 ¿Acaso deseas saber, hombre necio, como es que la fe sin obras es inútil? 21 ¿No fue Abraham nuestro patriarca, justificado por obras cuando ofreció a Isaac, su hijo, en el altar? 22 Tu ves que la fe obró con sus acciones, y por obras su fe alcanzó su propósito. 23 Las escrituras fueron cumplidas cuando dice: "ABRAHAM LE CREYÓ A DIOS, Y SE LE FUE CONTADO COMO JUSTICIA." Y Abraham fue llamado amigo de Dios. 24 Ven ustedes que por obras un hombre es justificado, y no sólo por fe. 25 De la misma manera, ¿no fue Rahab la prostituta justificada por sus obras, cuando les dio la bienvenida a los mensajeros y los envió por otro camino? 26 Porque como el cuerpo, separado del espíritu está muerto, también la fe separada de las obras está muerta.


Capítulo 3

1 No muchos de ustedes vendrán a ser maestros, mis hermanos, sabiendo que recibirán un mayor juicio. 2 Porque todos nosotros tropezamos en muchas formas. Si alguno no tropieza en sus propias palabras, este es un hombre perfecto, capaz de controlar también su cuerpo entero. 3 Ahora si nosotros ponemos freno en la boca de los caballos ellos nos obedecen y podemos girar sus cuerpos enteros. 4 Noten también los barcos, a pesar de que ellos son muy grandes y son conducidos por fuertes vientos, son dirigidos por un pequeño timón dondequiera que el piloto desee girar. 5 De igual forma, la lengua es una pequeña parte del cuerpo, y aun así se jacta de grandes cosas. ¡Noten como un pequeño fuego puede encender un gran bosque! 6 La lengua es también un fuego, un mundo de pecado puesto entre nuestras partes del cuerpo, que es lo que deshonra todo el cuerpo y enciende en fuego el camino de vida, y la misma está encendida por el infierno. 7 Toda clase de animal salvaje, ave, reptil y criatura del mar es domado y ha sido domado por la humanidad, 8 pero ninguno entre los hombre es capaz de domar la lengua; es un mal incontrolable, lleno de veneno mortal. 9 Con la lengua nosotros alabamos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, quienes han sido hechos a la imagen de Dios. 10 Con la misma boca es hablada bendición y maldición. Mis hermanos, estas cosas no pueden ser así 11 ¿Acaso una fuente produce ambas aguas, dulce y amarga? 12 Mis hermanos, ¿puede un árbol de higos hacer crecer aceitunas, o la vid producir higos? Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce. 13 ¿Quién entre ustedes es sabio y entendido? Dejen que esa persona demuestre una buena vida por sus obras en la humildad que viene de la sabiduría. 14 Pero si alguno tiene celos amargos y ambición egoísta en sus corazones, no se jacten y mientan contra la verdad. 15 Esta no es una sabiduría que desciende de arriba, sino en cambio es terrenal, no-espiritual, demoníaca. 16 Donde hay celos y ambición egoísta, allí hay confusión y toda práctica vil. 17 Pero la sabiduría de arriba es primeramente pura, entonces pacífica, amable, benigna, llena de misericordia, y buen fruto, imparcial, y sincera. 18 Y el fruto de justicia se siembra en paz por aquellos que hacen la paz.


Capítulo 4

1 ¿De dónde vienen los desacuerdos y disputas entre ustedes? ¿No es de sus malos deseos que combaten en sus miembros? 2 Ustedes desean lo que no tienen. Ustedes matan y persiguen lo que no son capaces de tener. Ustedes pelean y discuten. Ustedes no tienen porque no le piden a Dios. 3 Ustedes piden y no reciben, porque piden mal, con el fin de usarlas para complacer sus malos deseos. 4 ¡Adúlteros! ¿No saben ustedes que la amistad con el mundo es enemistad contra Dios? De modo que, cualquiera que decida ser amigo del mundo se hace así mismo enemigo de Dios. 5 ¿O ustedes piensan que la Escritura no tiene sentido cuando dice que el Espíritu que Él colocó en nosotros, es celoso y nos anhela profundamente? 6 Pero Dios da aún más gracia, por lo cual la escritura dice: "DIOS RESISTE AL ORGULLOSO, PERO DA GRACIA AL HUMILDE." 7 Así que, sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. 8 Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes. Limpien sus manos, ustedes pecadores, y purifiquen sus corazones, ustedes de doble ánimo. 9 ¡Aflíjanse, laméntense y lloren! Conviertan su risa en lamento y su gozo en tristeza. 10 Humíllense a sí mismos ante Dios, y Él los levantará. 11 No hablen en contra el uno del otro, hermanos. La persona que habla en contra de un hermano o juzga a su hermano, habla en contra de la ley y juzga la Ley de Dios. Si tú juzgas la ley, tú no estás obedeciendo la ley, sino siendo un juez de ella. 12 Sólo hay Uno que es dador de la ley y juez, Dios, Él que es capaz de salvar y de destruir. ¿Quién eres tú quien juzgas a tu vecino? 13 Escuchen, ustedes quienes dicen: "Hoy o mañana nosotros iremos a esta ciudad, y estaremos un año allí, y negociaremos, y haremos ganancias." 14 ¿Quién sabe lo que pasará mañana, y qué es tu vida después de todo? Pues tú eres como una niebla que aparece por un poco de tiempo y después se desvanece. 15 En cambio, ustedes deberían decir: "Si el Señor me lo permite, viviremos y haremos esto o aquello." 16 Pero ahora ustedes se jactan de sus planes. Toda jactancia es mala. 17 Así que, el que sabe hacer lo bueno, pero no lo hace; para él es pecado.


Capítulo 5

1 Vengan ahora, ustedes que son ricos, lloren en voz alta por las miserias que vienen sobre ustedes. 2 Sus riquezas se han podrido y sus ropas comidas por la polilla. 3 Su oro y su plata han quedado sin valor, y su corrosión testificará contra ustedes y consumirá sus carnes como fuego. Ustedes han acumulado su tesoro en los últimos días. 4 Miren, la paga de los labradores que cosechaban sus tierras, a quienes no han pagado, lloran en voz alta. Y los llantos de quienes cosecharon sus cultivos han alcanzado los oídos del Señor de los ejércitos. 5 Ustedes han vivido en lujos sobre la tierra y se han consentido a ustedes mismos. Ustedes han engordado sus corazones para el día de la matanza. 6 Han condenado y matado al hombre justo, quien no les resiste. 7 Por lo tanto sean pacientes, hermanos, hasta el regreso del Señor, como el agricultor espera la cosecha valiosa de la tierra, esperando pacientemente por ella, hasta que la lluvia temprana y tardía caiga. 8 Ustedes también sean pacientes; arreglen sus corazones, porque el regreso del Señor está cerca. 9 No se quejen, hermanos, unos contra los otros, para que no sean juzgados. Miren, el juez está parado en la puerta. 10 Tomen ejemplo, hermanos, del sufrimiento y la paciencia de los profetas quienes hablaron en el nombre del Señor. 11 Miren, nosotros llamamos aquellos que perseveraron, "bendecidos." Ustedes han oído de la paciencia de Job, y saben del propósito del Señor con Job, como el Señor está lleno de compasión y misericordia. 12 Sobre todo, mis hermanos, no juren, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por otro juramento. Pero dejen que su "sí" "signifique "sí" y su "no" signifique "no", para que no caigan bajo juicio. 13 ¿Hay alguno entre ustedes sufriendo?, que ore. ¿Hay alguno alegre?, que cante alabanzas. 14 ¿Hay alguno entre ustedes enfermo?, que llame a los ancianos de la iglesia, y dejen que los ancianos oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor, 15 y la oración de fe librará a la persona enferma, y el Señor lo levantará. Si la persona ha cometido pecado, Dios lo perdonará. 16 Entonces, confiesen sus pecados los unos a los otros, y oren los unos por los otros, para que puedan ser sanados. La oración del justo produce grandes efectos. 17 Elías era un hombre como nosotros. El oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió en la tierra por tres años y seis meses. 18 Y nuevamente oró, y los cielos derramaron lluvia sobre la tierra y la tierra produjo la cosecha. 19 Mis hermanos, si alguno de ustedes se extravía de la verdad, pero alguien lo hiciera volver, 20 esa persona debe saber que cualquiera que haga volver a un pecador de su camino de error, le salvará de la muerte y cubrirá una multitud de pecados.